Manuel Varela Novo, pionero de la Medicina del Trabajo y ferrolano sin par

Manuel Varela Novo, creador del Centro de Higiene y Salud Laboral de Rande
photo_camera Manuel Varela Novo, creador del Centro de Higiene y Salud Laboral de Rande
Pionero en el estudio de la psicopatología laboral en la que es reconocida autoridad, sobradamente demostrada no sólo en la creación del Centro de Rande, sino en los innumerables congresos y simposios

A la hora de traer a esta sección de episodios vigueses a mi amigo el Doctor Manuel Varela Novo se me acumulan tantos recuerdos y perfiles que debo ordenar mucho mis sentimientos para no olvidarme de ninguno y relatarlos todos. En este espacio se acomodan en mi memoria aquellos acontecimientos y personajes de la historia de esta ciudad que deben ser recordados y conocidos, especialmente en lo que hace a quienes merece la pena tener presentes para siempre. En este caso, mi vieja relación y amistad con Manolo Varela se reforzó cuando supe que uno de sus más queridos condiscípulos universitarios en Santiago era mi maestro en Periodismo y Derecho Manuel Fernández Areal, lo que cerró con marco de oro ese ciclo de afectos.

El Doctor Manuel Varela Novo es ferrolano. Y con eso se dice todo. Hijo del Cuerpo, de la Armada (de donde le viene su profundo amor a la mar y a navegarla), tiene ese carácter simpático y zumbón que caracteriza a los hijos de la ciudad departamental, donde llamar “conacho” a un amigo es prueba de confianza y estima. Sería ya galardón suficiente citar su cuna, pero Manolo es mucho más. Lo conocí y frecuenté cuando yo era un joven periodista y él director del Centro de Higiene y Seguridad Laboral de Rande, del que fue fundador. Digamos de paso que, pese a ello, la Xunta de Galicia se portó con él de modo miserable por lo mucho que le debía. Pero este ferrolano sacudió como aconsejaba Santa Teresa el polvo de las sandalias y se dedicó a lo suyo, la medicina y la psiquiatría. Dice de él su querido paisano Manuel Fernández Areal que debería haber sido catedrático de Universidad, por sus saberes y capacidades en varios ámbitos de la Medicina. No en vano lo recordaba con cariño en el piso compartido de estudiantes, bien organizado en el tiempo de estudio y de merienda. Pero también ha ejercido la docencia en otros ámbitos no menos importantes que la propia Universidad.

No es fácil compendiar en unas líneas una personalidad tan poliédrica como la de nuestro personaje. Baste decir que fue un pionero en el estudio de la psicopatología laboral en la que, sin duda, es una reconocida autoridad, sobradamente demostrada no sólo en la creación del centro de Rande, sino en los innumerables congresos y simposios, estudios y publicaciones donde dejó constancia de sus conocimientos, no en vano fue el representante de España la Comisión Internacional de Salud Ocupacional. 

Anda Manolo por los noventa, sin perder vitalidad ni humor, con la conciencia de sus achaques que sólo reconocen los médicos, con esa naturalidad ejemplar, tan sencilla como sabia. No en vano pertenece a una generación igualable de médicos formado en Santiago de la que fue destacado exponente. Habrá pocos espacios donde no haya ejercido y experimentado sus saberes desde la Medicina Legal Forense a la psiquiatría laboral o la Psiquiatría en general, no en vano completó su formación de origen con estancia en centros especializados del extranjero, donde adquirió conocimientos desconocidos en España que él fue uno de los primeros en poner en práctica.     Varela Novo, conferenciante selecto en los foros científicos de mayor nivel ha sido médico de empresa en un ámbito especialmente castigado por las enfermedades laborales. Ha viajado por todo el mundo, siempre por motivos científicos, donde alternó con las grandes figuras de su especialidad. Y finalmente ejerció su capacidad más admirada por mí, la de un psiquiatra humanista y acogedor, especialmente cariñoso y paciente con sus pacientes.

Pero como persona grata y cordial, ferrolano en suma, es donde Manolo es para mí especialmente cercano. En estos últimos tiempos como contertulio con otros queridos amigos. En los tiempos en que era director del Centro de Higiene y Seguridad de Rande, fue mi guía y maestro sobre las mejores tascas de la periferia de Vigo, pues, entre otras cosas, es un experto también en la selección del buen vino que hace grata la conversación con los amigos. Guardo con esmero las evidencias de su sentido del humor y su capacidad para hacer montajes y combinados con fotos y secuencias de la vida ordinaria, pues es un hábil y capacitado experto en las posibilidades de las nuevas tecnologías. De vez en cuando me manda alguna que forman parte de mi acervo más querido en la que bromea con mis propios perfiles con enorme genialidad.

Digamos en suma que Manolo es un hombre sencillamente bueno, como diría Machado. Pero con la sencilla humildad de los hombres realmente sabios.

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