El mal estado de la VG-20 afecta cada día a unas 150 ambulancias

Los baches que se registran en la VG-20, concretamente en la salida 8 que va en dirección al hospital Cunqueiro, podrían ser un importante problema para sanitarios y pacientes que llegan desde el área metropolitana para su atención en el centro hospitalario. Sobre todo los que se encuentran en un estado más crítico, que ante su obligado paso por esa zona irregular de la calzada debido a que conecta con la entrada de Urgencias, el traqueteo sufrido a su paso podría provocar en ellos una lesión irreversible.

Borja Álvarez, técnico del 061, asegura que por esa localización pasan diariamente más de 150 ambulancias, que deben de sortear como pueden los cuatro baches que hay en apenas 200 metros de carretera: “Nos colocamos por el arcén y siempre a una velocidad no superior a los 40 kilómetros por hora, cuando está limitada a 60. Tenemos que hacer esa trampa porque sino, la ambulancia sufre”. La problemática lleva así desde el verano, las condiciones empeoran cada día que pasa y “los pacientes se quejan. Los conductores reciben muchas críticas si se descuidan y se topan con el bache”.

La complicación reside cuando el paciente se encuentra en un estado crítico. En esa situación, cada sobresalto podría ser fatal. “Puede dejar a alguien parapléjico. Si tiene una luxación de vértebra y sufre un movimiento, se le puede desplazar por completo”, admitió Álvarez, quien asegura que ese ajetreo en el interior de la ambulancia “puede provocar una parada cardiorrespiratoria a un paciente crítico si se sorprende con el golpe”. Afortunadamente, los sanitarios no tuvieron que lamentar problemas graves, aunque “hay que prevenir eso. No podemos estar así”.

Álvarez ya indicó que existe una petición en marcha a los sindicatos para que negocien con el ministerio de Fomento, encargado del mantenimiento de la carretera y que, afortunadamente “nuestras ambulancias solo han sufrido algún pinchazo en las ruedas, pero esos cuatro enormes baches van a causar una desgracia si no se arregla”. Además del acceso al hospital, esa salida sirve para conectar el área metropolitana con parroquias como Beade o Valladares, en donde se ubica el PTL. “No solo son las ambulancias. Los transportistas, por ejemplo, también lo sufren, al igual que el resto de los conductores diarios que pasan por esa salida”, apuntó Álvarez.