Avendaño recuerda que las adicciones “son otra pandemia que deja muchas vidas atrás”
Un 8 de octubre de 1985 la lucha de unas madres contra la droga, aquellas que fueron llamadas por algún narcotraficante como terroristas, con ayuda de varios hombres, consiguieron canalizarla en una asociación, a la que dieron nombre de “esperanza y futuro”, Érguete.
Así recuerda la asociación los 35 años de lucha contra las adicciones “que también son una pandemia que deja muchas vidas atrás”, según alerta su presidenta Carmen Avendaño.
Desde aquel día, las personas con problemas de adicción del sur de la provincia y también de Galicia, tuvieron un lugar donde acudir para preguntar, mejorar y también denunciar la situación, señala el colectivo. “Dejaron de ser invisibles gracias a aquellas madres que comenzaron desde los barrios más populares y acabaron rompiendo barreras que en aquella época parecían imposibles”, dice Érguete.
En la actualidad, la asociación cuenta con un equipo de 30 profesionales de distintos campos sociales y está presente en calles, colegios, hogares y también en las prisiones de A Lama y Teixeiro, a través de seis programas de intervención social.
Durante el último año, cerca de 5.000 personas recibieron ayuda a través de la asociación y la gran mayoría mejoró su situación. La pandemia ha agravado las necesidades de estas personas, de ahí que Avendaño quiso recordar a la sociedad que “en los momentos difíciles nunca podemos olvidar a las personas. Solamente juntos con una sociedad saludable y unid podremos salir mejores de las malas situaciones”. La presidenta de Érguete recordó con esta frase que “la unión y las ganas de tener un futuro mejor fue lo que hizo que los gallegos y gallegas alzaran su voz contra el narcotráfico en un momento en el que parecía casi imposible”.
La coordinadora de la entidad y trabajadora social, Elvira Rivas, incidió por su parte en que “estamos en un momento muy importante para fijar cómo queremos combatir las adicciones debido al contexto de la crisis sanitaria en la que vivimos”. Según el último Informe Europeo de Drogas, los patrones de tráfico de drogas y consumo cambiaron obligando a que los métodos para intervenir y prevenir “deban adaptarse”, explicó Rivas.
“Mejorar y cambiar siempre es posible”, aseguró Avendaño.
Así recuerda la asociación los 35 años de lucha contra las adicciones “que también son una pandemia que deja muchas vidas atrás”, según alerta su presidenta Carmen Avendaño.
Desde aquel día, las personas con problemas de adicción del sur de la provincia y también de Galicia, tuvieron un lugar donde acudir para preguntar, mejorar y también denunciar la situación, señala el colectivo. “Dejaron de ser invisibles gracias a aquellas madres que comenzaron desde los barrios más populares y acabaron rompiendo barreras que en aquella época parecían imposibles”, dice Érguete.
En la actualidad, la asociación cuenta con un equipo de 30 profesionales de distintos campos sociales y está presente en calles, colegios, hogares y también en las prisiones de A Lama y Teixeiro, a través de seis programas de intervención social.
Durante el último año, cerca de 5.000 personas recibieron ayuda a través de la asociación y la gran mayoría mejoró su situación. La pandemia ha agravado las necesidades de estas personas, de ahí que Avendaño quiso recordar a la sociedad que “en los momentos difíciles nunca podemos olvidar a las personas. Solamente juntos con una sociedad saludable y unid podremos salir mejores de las malas situaciones”. La presidenta de Érguete recordó con esta frase que “la unión y las ganas de tener un futuro mejor fue lo que hizo que los gallegos y gallegas alzaran su voz contra el narcotráfico en un momento en el que parecía casi imposible”.
La coordinadora de la entidad y trabajadora social, Elvira Rivas, incidió por su parte en que “estamos en un momento muy importante para fijar cómo queremos combatir las adicciones debido al contexto de la crisis sanitaria en la que vivimos”. Según el último Informe Europeo de Drogas, los patrones de tráfico de drogas y consumo cambiaron obligando a que los métodos para intervenir y prevenir “deban adaptarse”, explicó Rivas.
“Mejorar y cambiar siempre es posible”, aseguró Avendaño.
