Una madre viguesa lucha por recuperar a su bebé: “Nunca tomé drogas”

La Xunta le retiró a su hija por positivo de cocaína en el meconio y María dice que fue un error. Presentó análisis negativos y pidió una prueba de drogas pero el juez la rechazó

Publicado: 11 feb 2023 - 00:01 Actualizado: 11 feb 2023 - 12:19

María Silva, con la sentencia.
María Silva, con la sentencia.

Desesperada y sin poder reprimir las lágrimas, María Silvia pide que se haga justicia. Esta madre de 45 años, natural de Perú pero vecina de Vigo desde hace tres años, vio cómo se llevaban a su bebé a los 20 días de nacer en el Álvaro Cunqueiro. Fue en el mes de mayo y desde entonces ella y el padre solo pueden verla dos veces por semana en visitas de dos horas que realizan al centro tutelado en el que reside la pequeña Paula.

El drama familiar comenzó después de dar a luz. “Mi hija nació con Síndrome de Down y cataratas congénitas. No quise hacerme la amniocentesis porque la prueba tenía riesgos y con mis otros hijos no tuve problemas, fue muy duro pero lo asumí y quiero cuidarla lo mejor posible”, relata. Lo peor llegó cuando un día en el hospital “me dijeron que la niña estaba tutelada porque en la prueba del meconio había dado positivo en cocaína y que tenía una cita con Menores. No me lo podía creer. Les dije que era imposible, jamás en mi vida probé las drogas, que había un error. Les rogué que me hicieran un análisis pero nada”. María Silvia y su pareja empezaron una lucha, para “demostrar la verdad y recuperar a la niña”, que ha tenido su primer varapalo judicial. “Me fui por mi cuenta a un centro privado y me hicieron un análisis de pelo que dio resultado negativo en cuatro años, también le hicieron al padre de orina con igual resultado”, explica, mientras añade que “acudí a Cedro como me indicaron pero me dieron el alta porque no había rastro de drogas en mi organismo ni síntomas de toxicomanía”.

Esas pruebas no fueron suficientes. Un Juzgado de Familia ha desestimado su demanda dando la razón a la Xunta que señaló que “habría quedado acreditada la imposibilidad de atender correctamente a su hija menor con ese resultado positivo en drogas de abuso”. La sentencia, de Primera Instancia 15, recoge que aunque no duda del análisis del cabello realizado por la madre en el laboratio, ni del negativo de orina “no consta la trazabilidad de las muestras ni de la no quiebra de la cadena de custodia” es decir que, a su juicio, no son suficientes para desvirtuar los resultados de la prueba del meconio realizada en el laboratorio de la Universidad de Santiago al no tener mecanismos que garanticen que no hubo contaminación delas muestras. Precisamente, en su recurso, solicitaba someterse a una prueba de drogas con cadena de custodia en el propio Imelga, algo que el juez rechaza. Afirma en el fallo que aún realizándose dicha prueba y con resultado negativo, “no se consideraría errónea la resolución de desamparo, ni la reintegración familiar se aceleraría, dadas las circunstancias de los problemas de salud de la bebé y después de estos meses sin convivencia” y resuelve que “por el superior bien de la niña deberá ser a través de la evolución de la progenitora valorada por los profesionales, los que podrán alzar la medida de protección o ampliar las visitas”. La madre no entiende la resolución si “no consumí ni jamás tuve problemas” por eso su abogada la ha recurrido ante la Audiencia. Solo pide que “me hagan una prueba forense para que se demuestre la verdad y recuperar a mi niña”.

"Mi hija me necesita, estoy sufriendo muchísimo"

Desde que le dieron el diagnóstico de su hija, María Silvia no dudó en recabar información para poder cuidar lo mejor posible a la niña. Acudió a la asociación Down Vigo para saber más sobre la enfermedad. Madre de otros cinco hijos, (dos de ellos son mayores y viven en Perú) está separada y mantiene una relación con el padre de su hija pero vive con sus niños. Cuida a personas mayores pues tiene estudios de auxiliar de enfermería y “en mi país siempre trabajé”. Según dice, “pueden preguntar a la gente que me conoce, soy una persona humilde, pero trabajadora”. Relata que desde que no está con su bebé “lloro sin parar, la veo, está preciosa pero me necesita y estoy sufriendo muchísimo”.

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