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Lleno absoluto en la misa de ordenación de los nuevos acólitos

Los dos nuevos acólitos iniciaron ayer el camino que les llevará, tras años de esfuerzo y dedicación, al sacerdocio. El ministerio del acolitado conlleva la responsabilidad de ayudar a los diáconos –el paso intermedio– y de asistir a los sacerdotes en el altar durante las celebraciones litúrgicas.
photo_camera Los dos nuevos acólitos iniciaron ayer el camino que les llevará, tras años de esfuerzo y dedicación, al sacerdocio. El ministerio del acolitado conlleva la responsabilidad de ayudar a los diáconos –el paso intermedio– y de asistir a los sacerdotes en el altar durante las celebraciones litúrgicas.
La Concatedral se estrenó como Basílica el día en el que Ramiro Álvarez y José Emilio Veiga recibieron el ministerio del acolitado
La Concatedral-Basílica de Vigo acogió ayer una misa muy especial para los seminaristas Ramiro Álvarez y José Emilio Veiga, que fueron ordenados acólitos, paso previo a ser diáconos y sacerdotes. El aforo reducido debido a las medidas sanitarias obligó a que algunas personas se tuvieran que quedar fuera a la espera de que alguno de los 80 fieles que pudieron sentarse salieran.
La ceremonia estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Tui-Vigo, Luis Quinteiro. Es costumbre celebrar este tipo de ritos el domingo siguiente a la jornada del Día del Seminario, que se suele convocar cada 19 de marzo, pues San José es el patrón de seminarios y seminaristas. Una cita que este año es aún más especial porque el papa Francisco decretó el Año Jubilar de San José para celebrar el 150º aniversario de la declaración de este santo como patrono de la Iglesia Católica.
Este ministerio del acolitado que ayer recibieron Ramiro y José Emilio acerca a ambos seminaristas mayores un poco más al sacerdocio y conlleva la responsabilidad de ayudar a los diáconos y asistir a los sacerdotes en el altar durante las celebraciones litúrgicas, especialmente en la misa, en la que podrán distribuir la comunión como ministros extraordinarios.
Ramiro Álvarez, natural de Arbo, estudió música en Oporto y se especializó en flauta travesera y canto. Ejerció como músico, profesor y director de diversas corales antes de dar el paso al Seminario Mayor Compostelano en 2015. Tres años después, pidió el traslado a Vigo y desde ayer se encuentra un paso más cerca del sacerdocio.
Por su parte, José Emilio Veiga, redondelano de nacimiento, trabajó en el sector naval tras terminar sus estudios de bachillerato. Su párroco, el centenario Francisco Gago, marcó su vocación al sacerdocio, pues Veiga pertenece a la comunidad parroquial de San Román de Saxamonde.

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