Laura Álvarez: "Con las células sintéticas esperamos solucionar la resistencia a los antibióticos"

Laura, en su laboratorio de la Universidad de Burdeos.
photo_camera Laura, en su laboratorio de la Universidad de Burdeos.
Graduada en la UVigo y doctorada en la Universidad de Burdeos, Laura Álvarez da clase en esta última mientras se ocupa de varios proyectos de investigación

La química viguesa Laura Álvarez viajará en febrero a Suecia para hacer un experimento en microgravedad que podría cambiarlo todo en el campo de las células sintéticas. Graduada en la UVigo y doctorada en la Universidad de Burdeos, da clase en esta última mientras se ocupa de varios proyectos de investigación.

¿En qué consiste el experimento que realizarán en Suecia?

En el laboratorio construimos células artificiales o sintéticas, un modelo sin vida de las células biológicas. Lo hacemos para entender cuáles son los elementos mínimos para poder tener un ente vivo. Pero una de las grandes preguntas es cuál es el efecto de la gravedad a la hora de crear vida artificial porque no es un parámetro que podemos controlar en el laboratorio. Enviaremos en un cohete en el que cargamos nuestros experimentos con otros 10 grupos de investigación. Enviamos la membrana celular artificial a microgravedad porque ya hay unos experimentos preliminares en los que se demuestra que podría haber un efecto en la estabilidad y estructura de estas membranas sintéticas y no debería, científicamente no tiene sentido. Queremos confirmar si hay un efecto o no. Si con este sistema modelo muy simple dan resultados curiosos el siguiente paso sería hacerlo en vuelos parabólicos y el siguiente, enviarlos a la Estación Espacial Internacional. Si observamos ese resultado, será importante porque si cambia la estabilidad de la célula, cambia todo su funcionamiento.

¿Qué otro tipo de investigaciones lleva a cabo en su campo?

Lo que intentamos hacer es, aparte de reproducir células sintéticas, crear microrrobots. Somos capaces de generar a microescala partículas que se reconfiguran y que se mueven, como una bacteria, por ejemplo.

¿Qué utilidad pueden tener las células artificiales?

La más básica sería, por ejemplo, reemplazar los medicamentos para matar virus o bacterias infecciosas. Estas células artificiales las podemos diseñar con mecanismos biológicos para matar bacterias y que estas no desarrollen resistencia a las células artificiales. Sería una posible solución al problema de la superbacteria y la resistencia a los antibióticos. Las más avanzadas, sería crear una robótica celular, para entender el origen de la vida como tal.

¿Cómo combina la docencia y la investigación en una carrera tan técnica como es la Química?

En estos momentos, la posición que me han dado en Burdeos está inspirada en los modelos americanos y tengo bastante poca docencia durante estos tres años y dinero para investigar.

¿El mundo de la Química está muy masculinizado, como las ingenierías?

En la química, en mi experiencia, creo que hay un poco más de mujeres. Pero en la Física, muchisimas menos. Y se ve mucho en las conferencias. Ahora hay un intento de que haya paridad en las ponencias, pero en Física se nota bastante.

¿Qué cree que falla a la hora de motivar a las niñas para estudiar carreras científicas?

Uno de los problemas que había, que creo que ha mejorado mucho, son los modelos de referencia. En ciertos países se imponen los sistemas de paridad y en ese sentido hemos mejorado. Ahora hay un aumento de estudiantes mujeres, pero llega un momento en que cuando las personas llegan a posiciones de responsabilidad, las instituciones no apoyan la estructura familiar y el papel de la mujer. El techo de cristal está ahí. Y el tema de los abusos también. Todas las instituciones tratan de poner todas estas células de ayuda, pero sigue estando muy instaurado. Aunque en mi generación, mis compañeros ya no son así.

¿Qué le llevó a irse de la UVigo? ¿Se plantearía volver?

Yo siempre he querido estudiar fuera. En algún punto sí que quería volver, pero está imposible. Tengo amigos mucho más preparados que yo que han vuelto a través de becas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva y tienen muchos problemas para asegurarse el puesto. Son gente muy preparada, que en otros países tendría mucho apoyo y dinero para investigar, y eso me echa para atrás, porque en Francia tengo esa posición nueva y estoy bien. Ahora no tengo la energía para volver a España y pelearme con todo el sistema, pero en el futuro, a largo plazo, me gustaría volver. A lo mejor no a Galicia, pero sí a España. Al País Vasco, por ejemplo.

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