El asesinato de Manuel Salgado a tiros en un garaje de Rosalía de Castro en 2004 está cada vez más cerca de convertirse en el crimen perfecto. El mismo juzgado vigués que en noviembre de 2021 reabría el sumario ante las numerosas incongruencias y dudas existentes ha dado carpetazo a la investigación sin poder procesar a nadie.
El auto del magistrado de Instrucción 4 deja constancia no obstante de que existen ciertas certezas sobre el caso y de que hubo una deficiente investigación policial al inicio que casi dos décadas después resulta insalvable. Señala en concreto que dicha investigación fue “especialmente deficiente, incompleta y carente de un criterio lógico”, dejando “muchos cabos sueltos que el paso del tiempo ha impedido solventar", con testigos con “poca memoria”.
A pesar de la decisión, el juez afirma que “todos los indicios llevan a concluir que el autor del homicidio, mediato o inmediato, se vincula de manera lógica y natural con personas cercanas al ámbito familiar de la víctima, pues además resulta que esas relaciones familiares, en esa época, eran turbulentas”. Enumera además todos los acontecimientos sin explicación que han generado dudas, que sustentarían esa principal hipótesis, pero que a pesar de todo no han podido ser corroborados de forma objetiva. Entiende que todo hace indicar que no fue un asesinato encargado a un sicario profesional, ya que abandonó un cartucho percutido días antes, un “descuido” más propio de una persona aficionada que estuvo además valorando cómo actuar.
Asimismo, la posición del cadáver y la ubicación de los casquillos apuntan a que la víctima vio a su agresor y que lo conocía, ya que no hizo intención de huida, sino de meterse en el interior de su coche para esquivar un enfrentamiento verbal, como había hecho en ocasiones anteriores. Señala como dato curioso y sin explicación lógica el hecho de que el hijo de la víctima hubiera sido abogado defensor de la pareja de su madre (exmujer del asesinado e investigada junto con su compañero sentimental). Habla también de que en la noche de los hechos se desactivó la alarma en la casa de la exmujer con las claves del hijo que no vivía allí. Vuelve a hacer alusión a los teléfonos utilizados por ella y a una llamada recibida el día del asesinato, unos minutos después, cuyo usuario se desconoce, pero que vincula a la familia al contar con números casi consecutivos.
La acusación tratará de evitar el archivo ante la Audiencia
El auto del juez instructor no lleva consigo aparejado el archivo de la causa, sino que la conclusión del sumario se eleva ahora a la Audiencia provincial que será la que determine el sobreseimiento, el segundo en estos 19 años. Aunque la decisión ha supuesto un jarro de agua fría para los sobrinos y la hermana de Manuel Salgado, tanto el equipo de criminólogos como sus letrados tienen pensado agotar todas las posibilidades ante de la decisión del tribunal provincial. Es más, pedirán nuevas diligencias tendentes a mantener vivo el caso. Consideran que el auto, pese a no procesar a nadie, razona muchas de las sospechas existentes alrededor de este crimen.
La decisión judicial era no obstante la esperada después de la que la propia Fiscalía pidiera la no prórroga de la causa y su archivo al entender que no se han podido encontrar nuevas pruebas a lo largo de estos tres años de investigación para poder señalar al autor o autores. De esta forma, se denegaba la solicitud de la acusación que había pedido citar en calidad de investigados a la exmujer y los dos hijos de Manuel Salgado. De hecho, la exmujer y su entonces pareja sentimental, que fueron detenidos y puestos en libertad pero como investigados ya en 2004, volvían a estar imputados al reabrirse la causa en 2021. Salgado recibía un disparo en la nuca a primera hora de la mañana de un 4 de abril cuando se encontraba en el garaje en Rosalía de Castro.
