Un tercio de los conductores de camiones de Vigo y provincia se jubilan en 5 años y no hay relevo

En Galicia hay unos 28.000 conductores profesionales del transporte público de mercancías por carretera y además otros 17.000 dedicados a viajeros, grúas y empresas privadas. Son miles de personas, profesionales del volante de los que depende la economía y cuya vida laboral, en gran parte de ellos, está a punto de finalizar. En Vigo y la provincia hay en la actualidad, a tenor de los datos que maneja la asociación del sector, un total de 8.850 conductores profesionales. En la actualidad, 5.310 de ellos cuentan con más de 50 años de edad y 2.920 se jubilarán antes de cinco años, con una demanda anual de 460 trabajadores.

Lo mismo pasa en el resto de Galicia: con 3.300 jubilaciones en Coruña, 1.766 en Lugo y 2.200 en Ourense. Ese es el panorama: miles de bajas sin que haya a la vista altas suficientes para recuperar los volantes que quedarán vacantes. Y no solo ahí, según señala el presidente provincial de los transportistas, Ramón Alonso, sino que también pasa lo mismo con el transporte de viajeros y el privado complementario, como los supermercados, que suman otros 17.000 conductores. “Son 45.000 personas que realizan un trabajo para el que se necesita disponer de un carné adecuado y que no tienen fácil remplazo”, señala.

El problema no es igual en todos los segmentos de la actividad del transporte. La mayor demanda se concentra en la ruta internacional y nacional, segmento donde habrá miles de bajas a corto plazo. “Hay mucha necesidad de encontrar nuevos conductores, las jubilaciones vienen ahí y mucha gente se irá a casa”, advierte Alonso. Explica que en las empresas que trabajan por la zona resulta algo más fácil, y más complicado encontrar interesados en hacer las rutas internacionales “porque resulta difícil conciliar”. "No es lo mismo ir a Coruña que viajar a Francia y luego a Polonia, es más difícil encontrar conductores, yo tengo 90 profesionales y no salgo de Galicia, lo tengo más fácil”, reconoce.

La solución pasaría por la formación, pero tampoco es fácil. “Estamos con ella desde hace años, pero nos encontramos con que los que se forman no se quedan, hay que tener un carné especial para camiones pesados, y eso es costoso. Ahora a los 18 se puede conducir un camión pesado, todo es automático e hidráulico, y tenemos a favor que hay mujeres que se pueden incorporar al mercado, pero hay que buscar miles de chóferes”, añade Ramón Alonso. Traer gente de fuera de España, hijos y nietos gallegos es una idea, pero habría que formarlos en origen. “Era un trabajo muy duro, 48 horas seguidas, ahora son 8 horas, sin cargas ni descargas, pero la gente se queja porque hay que estar fuera”.