Internacionalización viguesa con China

Beatriz Couñago, adjunta a la dirección en Tesol: “Importamos productos que fabrican bajo nuestros estándares desde 2008”

Beatriz Couñago es adjunta a la dirección en la viguesa Tesol, grupo de empresas relacionadas con la soldadura, con tradición en su relación con China, fundamentalmente como importadora de consumibles y maquinaria. “Importamos productos que fabrican bajo nuestros estándares desde 2008”, explica y añade que “dudamos mucho en hacerlo, pero al final las grandes marcas te llevan a eso, porque vives con unos márgenes muy bajos”.

Apunta que “todo lo que traemos lo verificamos primero. Tenemos un centro de formación donde también lo ponemos en uso para clientes, para que nos den su opinión y hacer las mejoras que consideremos”.

Sobre la relación con los proveedores chinos, su experiencia le dice que “tienes que tener mucho cuidado. En cada pedido tienes que reiterar todo y lo malo también son las formas de pago. Antes de entrar en buque tiene que estar pagado”. Añade a ello los problemas de transporte. “Tienes que planificarlo con mucha antelación, porque el proceso dura de cuatro a seis meses”, por eso tienen que ser productos de “una gama secundaria o para dar servicios específicos, no puede ser tu línea principal de negocio. Es un complemento”.

Borja Núñez, director adjunto en RCFIL NON-TEX: “Tenemos proveedores de hace muchos años en China. Estamos contentos”

RcFil Non-Tex es una empresa viguesa del sector textil con amplia relación con China. Su director adjunto, Borja Núñez, explica que compran allí artículos, que luego venden en España y Portugal y otros países, relacionados con accesorios textiles, fundamentalmente cremalleras y cinta-cierre (más conocido por un nombre comercial, Velcro). La compañía cuenta con fábrica de cremalleras en Vitoria, pero la cremallera de importación “es más barata y con requerimientos técnicos menos estrictos. Se usa para monederos o bolsas”. Señala que “tenemos proveedores de hace muchos años con una relación muy frecuente. Traemos artículos que sabemos que vamos a vender”. Van desde cremalleras, cinta-cierre y accesorios textiles, por ejemplo, cierres de mochilas de plástico.

Señala que “estamos contentos con la relación” y apunta que “hay más problemas con el transporte marítimo, que te pueden hacer quedar fuera de precio o de plazo”. Se refiere a crisis como la del Mar Rojo, que provocó que “el precio del flete se multiplicara por seis. Nos hizo pasar momentos complicados”.

La empresa tiene tres puntas de negocio, tejidos no tejido, que fabrican en China para todo el mundo; accesorios textiles, para España, Portugal y Francia; y etiquetas textiles, para clientes como Inditex.

Pablo Díaz del Río, Texstyle: “Hay una diferencia cultural importante y hay que tener muy claro qué necesitas”

Pablo Díaz del Río es un vigués que trabaja para la empresa danesa TexStyle, que produce telas en China fundamentalmente para fabricantes de sofás de todo el mundo. Este profesional vigués tiene una amplia experiencia tanto en China como en Vietnam.

“Lo más importante es saber qué quieres. Hay una diferencia cultural importante y hay que tener muy claro qué se necesita y el mensaje que se envía al proveedor para conseguir lo que necesitas”. Después de años de trabajo, la experiencia le dice que en la relación con los chinos es necesaria “paciencia, escuchar y saber lo que necesitas, tanto en precio como en tiempo de aprovisionamiento, y la calidad”, explica.

Señala que “los chinos son muy buenos en calidad en muchos sectores y también en costes”, pero apunta que “hay mucha incertidumbre ahora mismo por los precios del transporte. Hay empresas que en los últimos meses se han enfrentado a un precio del transporte por las nubes, ahora en septiembre volvió a bajar un poco. Al final puede hacer que tu producto no sea competitivo”, subraya.