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Historia y secretos de Pereiró, en la voz de sus protagonistas

Más de veinticinco personas participaron en la visita guiada a Pereiró.
photo_camera Más de veinticinco personas participaron en la visita guiada a Pereiró.
 Las visitas guiadas al cementerio comenzaron con el cupo lleno para los 21 días de pases gratuitos
n n n Con 130 años de historia, los secretos de Pereiró ya no lo son tanto. Una nueva edición de visitas guiadas comenzaron ayer, coincidiendo con la cercanía de las conmemoraciones de Difuntos y Todos los Santos. El primer recorrido se inició con el cupo completo y sin plazas tampoco en los próximos veinte pases gratuitos. Tendrán lugar desde hoy hasta el 19 y del 24 al 31 de octubre y 2, 3, 7, 8, 9, 10, 15, 16 y 17 de noviembre, siempre a las 19 horas.
A las puertas del cementerio esperó a los visitantes Ana Martín, una guía profesional caracterizada como Concepción Arenal. Les habló del mausoleo dedicado a su personaje, la visitadora de cárceles. Tomó el itinerario hacia la derecha, donde descansan empresarios como Antonio Valcarcel, quien puso en marcha la Panificadora.
Una segunda guía (Noelia Fernández) apareció en escena. Esta vez caracterizada como Irene Ceballos, quien da nombre al IES Santa Irene, que desde el panteón de su marido, Policarpo Sanz, indicó las tumbas de empresarios, conserveros o fabricantes, entre los que destacaron Cesáreo González, de Suevia Films o Álvarez Moisés, de la fábrica Álvarez, para alcanzar el mausoleo de García Barbón, uno de los más fastuosos del cementerio.
El coche fúnebre Doge5, de 1938, fue una de las paradas más aplaudidas. Allí se presentó la marquesa de Valladares (Miriam Souto) que acompañó a los participantes en la visita al interior de la cripta de la capilla, un acceso habitualmente restringido. Llegaron hasta el momento de los soldados de Filipinas y al monumentos de los héroes de la Reconquista, donde apareció Cachamuíña (Pablo).
Entre el liberador del yugo francés y la visitadora de cárceles dirigieron la comitiva hasta el final de la visita en el cementerio civil, donde hablaron de las tumbas de los alemanes y fieles de credos no católicos, pero también de los fusilados en sus muros como Heraclio Botana o Martínez Garrido, para finalizar ante el nicho de Humberto Baena, el último fusilado del régimen franquista.n

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