Vigo suma otra humanización ya finalizada en su largo listado. Abel Caballero inauguró en la mañana de ayer el segundo tramo de la reforma de la calle Hispanidade, acompañado por la presidenta de la Diputación y teniente alcalde, Carmela Silva; el concejal de Fomento y teniente alcalde, Javier Pardo; y los ediles Nuria Rodríguez y Santos Héctor. Esta obra, que se inició el pasado mes de junio se encuentra enmarcada en el anterior convenio de colaboración firmado por el Concello y la Diputación, contando con un presupuesto total que asciende hasta los 772.000 euros.
El regidor vigués señaló tras realizar la visita a Hispanidade que se trata de una actuación sobre unos 160 metros lineales, concretamente entre las confluencias de Pintor Colmeiro y la calle Zamora. En esta obra se sustituyeron en torno a 250 metros de las redes de aguas pluviales, unos 240 de la red de saneamiento y se instalaron 400 metros de nuevas canalizaciones para el abastecimiento, así como la red de riego. A mayores, 1,2 kilómetros del alumbrado público se han mejorado, con la colocación de báculos en las farolas fernandinas que refuerzan la iluminación en los pasos de cebra.
En esta humanización se sustituyó el anterior arbolado por otro “más acorde” con las características del entorno urbano, según precisó Caballero, cifrando la plantación de 13 nuevos ejemplares, así como pasos de cebra accesibles, 50 metros de jardineras, la instalación papeleras y la creación de zonas para el descando y estacionamiento de vehículos, con dos carriles de circulación sobre la calzada.
Caballero destacó que la humanización está hecha “en un nivel extraordinario con zonas pensadas para la gente” y avanzó que el gobierno municipal continuará con la tercera fase en el tramo de calle que queda pendiente y que “conectará con el conjunto de los ascensores” que permitirán “conectar con el mar” a través de Hispanidade.
Por su parte, la presidenta de Diputación, Carmela Silva, puso en valor la inversión realizada desde la institución provincial en esta obra como una forma de contribuir en la construcción de una “ciudad amable, con aceras anchas, una de las ciudades gallegas que más apuestan por la recuperación del espacio público para las personas”.
