21 años de la desaparición de Déborah

La hermana de Déborah, en el lugar donde arrojaron el cadáver: "Fue planificado"

Rosa, en el  punto de la actual PO-552, dirección O Rosal, donde en mayo de 2022 fue hallado el cadáver de la joven Déborah Fernández.
photo_camera Rosa, en el punto de la actual PO-552, dirección O Rosal, donde en mayo de 2022 fue hallado el cadáver de la joven Déborah Fernández.
La familia y sus abogados instan a que “de una vez por todas, la Fiscalía cambie su actitud” y se investigue la muerte de la joven de Alcabre como causa criminal, cuando se cumplen 21 años de su desaparición

Cerca de 50 kilómetros separan la cuneta  donde fue hallado el cadáver de la joven Déborah Fernández del lugar en el que se la vio con vida por última vez un 30 de abril de hace hoy 21 años. Ese punto, en la antigua C-550, en el lugar de Portecelo (O Rosal)  está situado en un tramo recto con cambio de rasante,  “que permite actuar sin ser visto, pero garantiza el hallazgo del cuerpo”. Así lo aseguran los abogados de la familia de la víctima, Ignacio y Ramón Pérez Amoedo, tras visitar la zona junto a Rosa Fernández, quien, por primera vez desde que perdió a su hermana, acudió al lugar en el que arrojaron el cadáver.

“Estando aquí está claro que estaba todo pensado”, afirma Rosa que, en un acto de valentía, dentro de la lucha por conseguir justicia se enfrentó a un momento especialmente duro, no solo por lo que significa esa carretera, sino porque dos décadas después y tras más de tres años de instrucción judicial, vuelve a ponerse en duda que su hermana fuera víctima de un acto violento. “No es una zona a la que soliera venir Déborah, ni tiene ninguna vinculación con la familia”, señala mientras muestra su indignación por que a “estas alturas todavía se cuestione algo que está más que demostrado, es una piedra más en el camino con la intención de que tiremos la toalla, pero no nos vamos a rendir”.  Para Rosa, “no encuentro que haya cabida en los juzgados para familias como la mía. Todo es un despropósito”.  Considera que “ya es hora de que se empiece a investigar la causa como criminal”, en referencia a las dudas que habría mostrado la Fiscalía y de las que los abogados hicieron referencia en un reciente escrito al juzgado.

 

 

“Estaba todo perfectamente preparado, fue un plan premeditado”, coincide Ramón Pérez Amoedo quien considera que “la Justicia trata de justificar su inacción barajando la muerte súbita” y añade que “nadie se muere sin saber por qué se muere, quien trajo aquí el cuerpo de Déborah tomó muchas precauciones” pero algún día “se sabrá la verdad y qué personas han ayudado a ocultar lo que pasó”.

 Ignacio resalta que “aún ahora no es un tramo de carretera con especial afluencia de tráfico, menos hace veinte años”. Además, el punto exacto donde fue encontrado el cadáver por una vecina que daba un paseo impide cualquier tipo de visión desde las únicas viviendas que hay en esa recta. “Es un disparate y una broma de mal gusto pensar en una muerte súbita cuando se escogió el lugar, se desnudó el cuerpo y se le introdujo semen post mortem”, afirma. 

"Estando aquí queda muy claro que estaba todo pensado", asegura Rosa. Es un tramo "para actuar sin ser visto"

Ambos señalan que “no se ha querido investigar y la Policía lo ha hecho mal. A Déborah la mataron, no se murió".  “Antes de ese hallazgo hubo una llamada extraña, se identificó el número, pero nada más”.

Tampoco tienen constancia de que los diferentes grupos investigadores llegaran a  examinar o rastrear posibles escenarios cercanos a ese punto entre la carretera de Vigo y A Guarda que pudiera vincularse con Déborah y su familia o que pudieran incluir, más allá de un arcón congelador, espacios similares a una bodega donde pudiera haberse escondido el cuerpo durante casi diez días.

Ramón e Ignacio Pérez Amoedo visitaron junto a Rosa en lugar de Portecelo.
Ramón e Ignacio Pérez Amoedo visitaron junto a Rosa en lugar de Portecelo.

Una causa judicial con múltiples informes de numerosos expertos

Los abogados de la familia de Déborah han presentado informes de numerosos expertos a la causa judicial, algunos contratados y otros que “de forma voluntaria han querido prestar su trabajo para apoyarnos”, recuerda Rosa quien añade que “se hizo para poder acreditar desde todos los puntos de vista que a mi hermana la mataron”.  Criminólogos, investigadores y forenses han participado a lo largo de estos años,  “aunque no deberían ser las familias las que tengamos que poner todos los medios”. 

La última petición realizada al juzgado es que se cite a declarar a Aitor Curiel, el forense que realizó un informe sobre la autopsia en la que determinaba que Déborah fue asfixiada.

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