La avenida tendría que ir desde la calle Urzaiz hasta la playa de Samil, pero se quedó en la plaza de América

Gran Vía cumple 70 años... inacabada

Con la Guerra Civil recién finalizada, en 1939, y el magnífico pero casi irrealizable Plan Palacios anulado por la primera Corporación post-democrática, Vigo quiso emular a Madrid y Bilbao –que a su vez habían copiado a Nueva York y su Broadwayy construir una gran avenida que delimitaría su nuevo perfil exterior urbano y serviría para poder ir desde el centro hasta Samil, uniendo la ciudad con la playa, como había diseñado Antonio Palacios.
Fue la Gran Vía de Vigo, que en 1940 se puso en marcha, aunque no sería inaugurada oficialmente hasta 1945 en una fugaz visita de Franco (de hecho, el nombre ofi¬cial era Gran Vía del Generalísimo, aunque nunca cuajó). Se cumplen por tanto 70 años de aquella proeza, más en los tiempos en que corrían nada dados para gastos superfluos. Hay que decir que la idea tuvo éxito y pronto el primer tramo, entre Urzaiz y la plaza de España, se comenzó a poblar de edificaciones. ‘Fue en imitación de las gran vías de todas las ciudades, y añadieron el Generalísimo, porque era lo típico de entonces’, explica Lalo Vázquez Gil, cronista oficial de la ciudad. Para hacer frente a una actuación de este calibre, el ayuntamiento apeló a sus propios y limitados recursos gracias al alcalde Suárez-Llanos. Lo cuenta Vázquez Gil: ‘Es cierto que estaba la idea en el Plan Palacios, que quería montar en Nigrán el aeropuerto. Entendió que Vigo crecía alrededor de las cocheras de As Travesas, y se pensó en hacer algo desde Lepanto hasta as Travesas, para que Vigo fuera creciendo alrededor del Castro, aunque se dudó mucho en su realización porque la cuesta hasta la plaza de España era muy dura’. En todo caso, lo cierto es que el proyecto se quedó a medias, porque la idea era llegar hasta Samil, pero en la plaza de América estaban las cocheras de los tranvías, así que se pensó en ampliar el camino de Castrelos como alternativa. Habría que esperar casi treinta años hasta el final de los años sesenta para retomar el plan cuando se decidió construir Coia y la avenida. ‘Se expropiaron terrenos por dos duros para montar la sede del Ejército en Vigo, pero finalmente se fue a Areal, a la casa de Marco del Pont, que había sido corsario. Finalmente, gracias a la caja de ahorros se hizo Coia’. La primera edificación en aso¬mar en la flamante Gran Vía fue el colegio Cluny, inmueble que lleva los últimos diez años vacío y a la espera de que se aclare su futuro, que podría ser el de una biblioteca. A mediados de la década de los cuarenta ya estaba terminada la calle tal y como hoy se puede contemplar, con un bulevar en el medio que también ha estado amenazado en varias ocasiones. Constan dos propuestas firmes para su su¬presión, una del fallecido Agustín Arca, y otra más reciente de Carlos Príncipe. Arca planteaba modificar su situación central y ampliar una de las aceras como un gran paseo, que tendría mayor utilidad práctica. Sin embargo, hubo una gran oposición y la idea se archivó. Más recientemente, en 2001, Príncipe contempló la instalación de un metro ligero que discurriría en su principal línea desde Lepanto hasta Samil por superficie, lo que exigía sacrificar el bulevar. No hubo metro y el bulevar sigue en su sitio, aunque la Xunta acaba de anunciar un nuevo proyecto, el cuarto.



La continuación espera



La Gran Vía finaliza en la plaza de América, pero la propuesta inicial era Samil. A finales de los sesenta, se prolongó de forma natural con la construcción de Coia, hasta el límite de Bouzas. Queda el tramo final, la denominada avenida de Europa, que no es sino una mala carretera sin aceras y bastante peligrosa, en absoluto el anhelado nexo permanente entre la ciudad y su playa. Existe solución, pero tampoco hay visos de que se vaya a aplicar a corto o medio plazo: extender el bulevar de Gran Vía y Coia hasta Samil por el lado derecho, sin urbanizar, una operación que exige un acuerdo con los propietarios a cambio del reconocimiento de derechos edificatorios. El alcalde incluso presentó el proyecto, pero no parece que vaya a iniciarse en este mandato.

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