“5 y acción” es la propuesta teatral que traerá el próximo sábado, 12 de mayo, a Carlos Sobera a Vigo.
En una única función, el popular presentador se meterá en la piel de Adolfo y junto a sus compañeros de reparto, Marta Hazas, Javier Veiga, Marta Belenguer y Ana Rayo, proponen una disparatada comedia con el cine como telón de fondo. Una obra de la que el propio Sobera hace un adelanto para este medio.
Llega en su faceta de actor, pero como el presentador de moda en la televisión. ¿Con qué profesión se siente más identificado?
En el fondo, la función del actor y la del presentador es un poco lo mismo: la misma técnica, el mismo espíritu, el mismo objtetivo, comunicar. Me identifico con los dos.
En "5 y acción" se mete en la piel de Adolfo. ¿Cómo es su personaje?
Es un triunfador en la vida, con mucho poder, que consigue que los demás hagan lo que él quiere usando su posición, pero también tiene su punto débil. Es un productor cinematográfico, mezquino, que se aprovecha de las actrices
¿Es una propuesta para pasar un buen rato o invita a la reflexión?
Es una comedia hilarante con un ritmo vertiginoso, que no siempre da tiempo a recuperarse de la escena anterior. El público va en volandas toda la obra, sin dejar de reír. Al final se puede extraer una moraleja, aunque no sé si esa era la intención del autor.
Llegan a Galicia con Javier Veiga en el elenco, ¿ejerce de buen anfitrión?
Muy bueno. Javier es un gran conocedor de su tierra, es gallego y ejerce como gallego. Siempre nos enseña lo más bonito y nos lleva a comer a los mejores sitios. Estoy seguro de que disfrutaremos. En esta visita me dejaré llevar, seguro que Veiga ya tiene un plan.
Compagina su trabajo en televisión con los escenarios. ¿Cree que su popularidad en la pequeña pantalla arrastra público al teatro?
No me puedo quejar. Con "5 y acción" hemos llenado las ocho semanas en Madrid y lo mismo está pasando en la gira, al igual que los últimos montajes teatrales en los que he participado. Mucha gente se siente atraida por un rostro conocido. Es bastante común que cuando el público tiene que elegir a ciegas, busca un elemento al que agarrarse, y la popularidad es uno.
Acaba de estrenar un nuevo programa en televisión, "Volverte a ver", pero sin duda el formato en el que ha arrasado es "First Date". ¿Se esperaba este éxito cuando aceptó el proyecto?
Uno nunca es consciente de hasta dónde va a llegar un programa, si va a gustar y cuál va a ser el motivo de su éxito. Cuando me lo presentaron, me gustó porque tenía un formato muy fresco, donde los verdaderos protagonistas eran las parejas. Estaba llamado a tener éxito, pese a estar en una franja horaria muy difícil, justo antes del Prime Time y en Cuatro, que no es la cadena principal del grupo. Pero se consolidó y el programa va fenomenal, genera trasversalmente un montón de seguidores y comentarios en distintos medios. Esto sí es algo que se escapa, es imposible de prever.
Parte de ese éxito está en la actuación del propio "personal". ¿Es por guión o sale de forma espontánea?
Tratamos de crear del restaurante un lugar de encuentro, por lo que todos tenemos una actitud muy natural, algo a lo que ayuda la ausencia total de cámaras de televisión. Tiene el valor de la autenticidad, la gente no piensa que está en un plató de televisión. Todo fluye con naturalidad y eso también contribuimos con el mundo que formamos allí.
Llama la atención el giro profesional que dio a su vida, de profesor de Publicidad en la Universidad al mundo del espectáculo.
¿Qué lo motivó?
Es un cambio radical, pero que tiene mucho en común. Un profesor universitario tiene que ponerse delante un audiencia muy difícil a explicar; los alumnos son el público más crítico, muchos no quieren ni estar allí. El objetivo final es el mismo que el de un actor o un presentador: comunicar. Solo cambia la técnica, el público y el medio.
Y sus estudios de Derecho, ¿también responden al mismo objetivo?
Están ligados al humanismo, que siempre me interesó. Yo empecé en 1978 y entonces no había escuelas de arte dramático. La forma de aprender era en grupos de teatro aficionado y practicando. Elegí Derecho porque tenía más que ver con lo que yo sentía que Medicina, Arquitectura o Ingeniería.
