La temporada del calamar para la flota de Malvinas ya es historia: este fin de semana se puso punto final con un resultado no excepcional pero sí muy elevado. Según los cálculos de la Cooperativa de Armadores de Vigo ARVI -que incluye también a las empresas de Marín- habrían capturado al menos 55.000 toneladas del cefalópodo específico de las islas australes situadas frente a Argentina, confirmando la progresión.
Como es conocido, se trata de un caladero que explota en exclusiva la cooperativa viguesa tras un acuerdo con el Gobierno de Malvinas óptimo para ambas partes -las islas británicas tienen la mayor renta per cápita del mundo- y que finaliza en 2030, aunque con total seguridad va a ser ampliado. Los armadores vigueses se ocupan de que el producto se mantenga y pueda ser capturado sin peligro de sobrepesca, en tanto que los malvinos (Falkland para los ingleses) se llevan a cambio un canon elevado. Según explicó Javier Touza, presidente de ARVI, los últimos barcos estuvieron en las aguas del Atlántico sur el pasado sábado y ya ha comenzado la vuelta a casa, que supondrá unos 25 días de navegación. “Fue una buena temporada, en la línea de estos últimos años por la buena gestión pesquera que estamos haciendo”. Señala que el total, las 55.000 toneladas, fueron algo menos que el año pasado, que fue excepcional, pero uno buen nivel, “satisfactorio, porque el caladero se mantiene”. La próxima campaña será entre septiembre y octubre, con los congeladores de siempre, al que haya que añadir el sustituto del “Baffin Bay”, incendiado en Bouzas.
La flota viguesa está integrada por 16 buques y un millar de tripulantes, que iniciaron el trabajo el 27 de febrero: y de forma continuada, porque los pesqueros no tocan puerto durante los cuatro meses (son dos de pesca y otros dos de navegación ida y vuelta). Antes de embarcar, las dotaciones estuvieron aisladas en hoteles y sometidas a controles de covid para tener plenas garantías en alta mar. Las expectativas eran elevadas y se cumplieron: llevan cinco años manteniendo unas medias “muy altas” porque los informes científicos revelan la buena gestión del caladero.
La tripulación de los barcos es doble, para garantizar turnos completos, con cerca de un millar de personas. La mayoría, marineros gallegos o del resto de España, pero cada vez menos por falta de relevo, una circunstancia en la que los armadores inciden de forma reiterada “porque parece que nadie quiere embarcarse, cuesta mucho trabajo encontrar gente dispuesta en Vigo, así que reclutamos de afuera", explica el presidente de la Cooperativa. No obstante, destaca que lo importante “es que los mandos son gallegos”. No se trata de una situación exclusiva de Vigo ni tampoco de la flota de Malvinas, como se pudo comprobar en el hundimiento del ”Villa de Pitanxo", con mayoría de tripulación formada por hombres de Perú y Senegal. Entre las causas estarían la dureza del trabajo, como reconoce Touza. “Hemos pescado en marzo y abril, en mayo nos venimos, en junio descansemos y en julio volvemos para pescar agosto y septiembre, y ahí comienza un descanso de cuatro meses, que hace falta”.
Regresa de NAFO el barco que reemplazó al 'Pitanxo'
La temporada en aguas NAFO, cerca de Terranova, también toca su fin, aunque en este caso cada naviera gestiona según le interesa. Esta semana regresó a Vigo el “Mar de Terranova”, el buque que sustituyó al “Villa de Pitanxo” en las aguas próximas a Canadá. “En Malvinas hay unos plazos, todo el mundo tiene que terminar en la misma fecha, pero no en NAFO, los períodos fijados tienen mucha más discreonalidad por sus cuotas”, señala Javier Touza. En las aguas de Terranova se hacen campañas más cortas, no va por cierre de camaña, no po cierre de temporada, por estrategias de las empresas,
