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Los Fernández: Zeltia, Zendal y PharmaMar

Los hermanos Fernández López con su padre, de izquierda a derecha Manuel, Antonio, José y Conchita.
photo_camera Los hermanos Fernández López con su padre, de izquierda a derecha Manuel, Antonio, José y Conchita.
La noticia de que Biofabri fabricará en Porriño una vacuna contra la Covid ha corrido como la pólvora y muchos se preguntan quién es esta empresa. Detrás de todo éxito hay mucho trabajo y en este caso de los emprendedores Fernández y muchos científicos con ellos cuando hace 80 años crearon Zeltia, que hoy es Zendal por un lado y PharmaMar por otro. El legado de los hermanos José y Antonio Fernández López pasó a sus hijos, en especial Pedro Fernández Puentes y José María Fernández de Sousa, y sus nietos. 
nnn Los orígenes de los Fernández hay que buscarlos en Lugo, Sarria, donde Marcos Fernández González (Marcos de Barreiros) y sus hermanos inician el transporte de ganado vacuno con destino a Madrid. Su hijo Antonio Fernández Fernández (Antón de Marcos)  se hizo cargo del negocio a comienzos del siglo XX. Casado con Carmen López tendría cuatro hijos: Antonio, que nació en 1903; José, en 1904; Manuel y Concepción Fernández López. Antón se empeñó en la educación de sus hijos. Antonio sería ingeniero y José se licenció en Derecho, ambos en Madrid. Antón de Marcos murió prematuramente en un accidente de tráfico y sus hijos se ponen al frente de los negocios.
“La generación de los Fernández López controlaba en los años inmediatamente precedentes a la primera crisis del petróleo los órganos directivos de empresas como Transfesa, Pescanova, Cementos Noroeste o Zeltia. Pero, lo que dotaba a los Fernández de un especial atractivo era el hecho de que, a pesar de esa justificada presencia en las clasificaciones del poder capitalista, en su prestigio entraba también un elemento de compromiso con el galleguismo cultural e incluso un cierto progresismo”, señala el catedrático de la Universidad de Santiago Xoán Carmona en la obra “Empresarios de Galicia” editada en 2006 por la Fundación Caixa Galicia.
El primer paso de los Fernández López al hacerse cargo de los negocios familiares fue pasar de la exportación de ganado a la distribución de carne. Entonces  alquilan dos mataderos, uno en Porriño, luego Industrias Frigoríficas del Louro (que pasaría con los años a Coren) y otro  en Mérida, entre 1935 y 1936.
Con el objetivo de aprovechar los subproductos del matadero, en 1939 los hermanos crean Zeltia en O Porriño con otros socios, entre ellos el médico galleguista Ramón Obella, Fidel Isla Couto o los investigadores represaliados Isidro Parga Pondal y Miguel Catalán.
En 1952 Zeltia establece relaciones con Imperial Chemical Industries (ICI) y Cooper McDougall y Robertson Limited. En 1964 se crean Zeltia Agraria, ICI Zeltia y Cooper Zeltia, bajo la dirección de Zeltia. Tras la escisión de Cooper-Zeltia, en 1991 se constituye Cooper-Zeltia Veterinaria, dedicándose en exclusividad a la fabricación de especialidades veterinarias. En 1993 Zeltia vende Cooper-Zeltia Veterinaria (CZV) a sus actuales propietarios, los hermanos Fernández Puentes, hijos de Antonio Fernández López, que en 2018 la convierten en Grupo Zendal, del que forma parte Biofabri, la empresa que fabricará la vacuna contra la Covid de la compañía americana Novavax. Su nombre procede del de la enfermera gallega Isabel Zendal, gracias a la que se pudo erradicar la viruela en medio mundo, al llevar la vacuna en los brazos de 21 huérfanos. Grupo Zendal es lider en el mundo en vacunas animales como la de la lengua azul y tiene  muy avanzada su primera vacuna humana, contra la tuberculosis.
Por su parte Zeltia se convirtió en el grupo PharmaMar, centrado en la oncología, un nombre que tiene mucho que ver con la pasión de su presidente por la submarinismo. La preside el hijo de José Fernández, José María Fernández Sousa-Faro y el vicepresidente es su primo, Pedro Fernández Puentes.
Para conocer el legado de los Fernández, el catedrático Xoán Carmona recuerda que “no eran solo empresas sino también Fingoi, un vanguardista colegio lucense, ligado a la realidad y al idioma de Galicia en plena “noite de pedra”, que, impulsado por Antonio Fernández López, diera tranquilidad y cobijo a importantes profesores represaliados como Ricardo Carballo Calero. O la Granja de Barreiros, una explotación, diríamos hoy modelo, destinada a extender prácticas agrícolas y ganaderas que combinaban tradición y modernidad. O los apoyos a diversas iniciativas culturales gallegas en el campo de la edición, de los museos o de la promoción cultural. O, ya mucho antes, la protección a científicos o simplemente empleados víctimas de los rigores de la guerra y del primer franquismo”, señala en "Empresarios de Galicia".
Entre sus numerosas empresas está una sin ánimo de lucro, la Fundación Menela de Vigo, para tratamiento del autismo, que fundó Antonio, que también participó en la fundación de Galaxia y la Biblioteca Penzol, como recuerdan Avelino Pousa y Valentín Arias en la biografía que publicó Ir Indo en el año 2001. n

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