Por muy escasa diferencia, pero relevante, el Partido Popular consiguió la victoria en el duelo local entre los dos líderes: en Vigo votaban tanto Alberto Núñez Feijóo como Gonzalo Caballero. Apenas 800 votos más que el PSOE, pero relevantes: Feijóo ha ganado en la mayor ciudad gallega en las cuatro ocasiones en que se presentó a la Xunta, y esta vez con el viento en contra, tras resultados muy negativos obtenidos en las últimas citas. Hace apenas un año, en las municipales, el PP tocó fondo con 20.000 votos y el 13 por ciento: en las generales de noviembre subió a 36.865 y el 22,4 y ayer hasta 43.200 votos (al 97% escrutado). Pese a todo, supone, sobre cuatro años atrás, una pérdida porcentual del 1,8 por ciento y 15 puntos menos que la media gallega, pero los populares ayer estaban eufóricos como pocas veces: dan por finalizada la travesía del desierto.
Gonzalo Caballero se presentaba en Vigo, donde vive, ciudad que se ha convertido en un feudo del PSOE con su tío y alcalde, y cuatro victorias seguidas y el resultado fue bueno, mucho mejor que en el resto de Galicia. El PSOE subió nueve puntos sobre las últimas autonómicas y en más de 8.000 votos, con cerca de 42.000. Son muchos menos que en los dos anteriores procesos electorales, donde la participación fue también mayor. Ayer llegó al 57 por ciento, frente al 63 de las autonómicas de 2016. Haciendo una extrapolación imposible, si el resultado gallego fuera el que se dio en Vigo, Gonzalo Caballero sería presidente de la Xunta y con enorme claridad. Claro que además de la victoria del PP y el buen resultado local del PSOE, la gran sorpresa fue el BNG, que sumó casi 31.000 votos, con una subida del 16 por ciento sobre 2016 y 21.000 papeletas.
En el apartado de otros hay que colocar a las hasta hace poco pujantes Mareas, esta vez con dos candidaturas, Galicia en Común, con Podemos, EU y Anova, y Marea Galeguista. Galicia en Común se quedó por debajo de los peores augurios y en Vigo obtuvo apenas 8.000 votos, muy poco cuando en anteriores procesos se había disparado, incluso hasta ser la primera fuerza en unas generales. El cambio de siglas y otras causas han acabado con el proyecto. Ciudadanos también es historia en Galicia, con su candidatura, Bea Pino, con menos de 2.000 votos en su ciudad, tras haber perdido 5.500 sobre 2016. Mejor le fue a Vox, con casi 3.000 apoyos, pero también por debajo de sus expectativas y anteriores procesos. Marea Galeguista incluso logró menos papeletas (300) que los animalistas de Pacma (900), confirmando que se trataba de un invento -no se iban a presentar en abril- sin espacio.
