Un exalumno de la UVigo triunfa con su tesis en el CERN

José Ferradas, ayer mismo en las instalaciones del CERN.
photo_camera José Ferradas, ayer mismo en las instalaciones del CERN.
“Uso en el día a día lo que aprendí en mi carrera”, señala José Ferradas, que se graduó en la Escuela de Minas y acaba de recibir un premio por su tesis en superconductividad aplicada

De la Escuela de Minas de la UVigo a ganar un premio por su investigación en el CERN en el campo de la superconductividad aplicada. Esa es la historia del joven pontevedrés José Ferradas Troitiño, que se graduó en la universidad viguesa en 2015 con un expediente brillante y puso rumbo a Suiza para ejercer labores de investigación en el la Organización Europea para la Investigación Nuclear, más conocida como CERN.

Durante los últimos años, José desarrolló su tesis doctoral bajo el amparo de la Universidad de Ginebra y fruto de esta investigación recibió recientemente un premio de la IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos), la institución más prestigiosa de Europa en el avance de la tecnología. José está “súper contento”, pues es un reconocimiento “al trabajo duro de muchos años; mío y de toda la gente que me ha apoyado”. José quiere acordarse, además de sus compañeros de trabajo, de familia y amigos que “me han aguantado en todos estos años difíciles”.

El trabajo del joven pontevedrés en el campo de la superconductividad aplicada consiste en el uso de materiales que no presentan resistencia eléctrica al paso de una corriente. Estos juegan un papel fundamental en los aceleradores de las instalaciones del CERN, permitiendo el avance en la física de partículas, pero como explica el propio José, también tienen otras aplicaciones en la vida diaria: las máquinas de resonancia magnética están basadas en imanes superconductores, existen nuevos tratamientos contra el cáncer basados en aceleradores, y como curiosidad, los trenes de levitación magnética también se basan en estos materiales. Además, se están tratando de usar en la generación y distribución de energía eléctrica, pues “permitirían eliminar o reducir la pérdida de energía durante el transporte de la misma”, según el investigador. Los avances planteados por su tesis doctoral implican el uso de nuevos imanes superconductores utilizando materiales de nueva generación que permiten obtener campos magnéticos más elevados, lo que, en palabras del joven, “podría abrir un abanico nuevo de posibilidades en las aplicaciones anteriormente mencionadas”.

José se muestra muy satisfecho con la formación recibida en la UVigo de cara a su trabajo en el CERN. “Usamos en el día a día todo lo que he estudiado en la carrera”, destaca, además de indicar que por las instalaciones de Ginebra pasaron, como mínimo, otros dos compañeros de la Escuela de Minas. “La formación de esos cinco años ha sido importantísima para desarrollar aquí nuestro trabajo”, señala. El joven ingeniero guarda muy buenos recuerdos de su paso por el CUVI y en relación a la propuesta de traslado al centro que desató la polémica este último curso comenta: “Es una zona muy agradable en la que estábamos con cierta tranquilidad con un entorno muy favorable para hacer deporte, por ejemplo”. Aunque eso sí, durante su formación vivía en Pontevedra, por lo que explica que no puede atestiguar las posibles incomodidades de estudiar allí mientras se vive en Vigo.

Tras seis años en Suiza, el premio otorgado por la IEEE le dotará de 5.000 dólares para continuar con su investigación. Su objetivo es quedarse en Suiza “el máximo tiempo posible”, por lo que aprovechará cualquier oportunidad que le brinden.

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