El Dinoseto se ha convertido ya en uno de los iconos de la ciudad que acapara fotos de gran parte de los turistas que visitan Vigo. Un éxito viral que pilló por sorpresa a su creador, el jardinero Jacobo Rodríguez de la empresa Xaroc. “En ningún momento me esperaba algo así, pero me parece genial, el Dinoseto nació con el objetivo de llamar la atención de los más pequeños”, asegura. Inicialmente iba a ubicarse en un barrio de población más joven y buscaba una ornamentación que sorprendiera a los niños. Tomó la forma de dinosaurio por la gran pasión de su sobrino por estas antiguas criaturas.
Además, el Dinoseto fue una oportunidad para realizar una pieza topiaria, una técnica de jardinería que busca trabajar las plantas con formas. “Fue pensando para enseñar una técnica de trabajo nuevo con el Ligustrum jonandrum, una planta que tiene una hoja muy pequeña y permite dar formas lo más precisas posible”, señala Rodríguez.
Pero su trabajo en Vigo no solo se puede ver en el Dinoseto, también en los jardines de algunas de las humanizaciones más destacadas de los últimos años en la ciudad como las de la Plaza de América, Rosalía de Castro o la avenida de la Florida. Entre sus motivos más recurrentes, los olivos. “Son piezas que se pueden definir como esculturas vivas, trabajados con la técnica japonesa niwaki, como si fueran macro bonsais”, explica. Además, también realiza obras privadas, con proyectos más recientes como un nuevo jardín en el tanatorio Vigo Memorial.
Rodríguez reconoce que se trata de “un trabajo duro, pero cuando lo terminas es muy reconfortante, pasas de encontrarte escombreras a auténticos bosques naturales”. Por el contrario, los destrozos en los jardines causados por el vandalismo y en ocasiones por mascotas sin supervisión suponen la cara amarga de la profesión. En este sentido, Rodríguez pide respeto para los jardines.
