vigo

El ermitaño de Camelle vive en Alcabre

La exposición reproduce el habitáculo de Man a escala real y muestra su primera producción en Camelle. A la inauguración acudieron el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo y la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, que visitaron la muestra con la directora del Museo do Mar, Marta Lucio y las comisarias, Andrea Serodio y Carmen Hermo.
photo_camera La exposición reproduce el habitáculo de Man a escala real y muestra su primera producción en Camelle. A la inauguración acudieron el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo y la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, que visitaron la muestra con la directora del Museo do Mar, Marta Lucio y las comisarias, Andrea Serodio y Carmen Hermo.
El Museo do Mar acoge una exposición homenaje a Man, el artista alemán que hizo de la playa y de la Costa da Morte su estudio de creativo y muestra su faceta artística más íntima y desconocida de 1968 a 1979

 De reducidas dimensiones, con poco más que un catre para dormir, rodeado de sus creaciones y con todas las paredes horadadas para observar el mar. Así era el caseto que daba cobijo a Man (Manfred Gnädinger), el artista alemán que durante cuatro décadas vivió  como ermitaño en la costa de Camelle y puso en el mapa al pequeño pueblo de la Costa da Morte. 
La muestra que ayer se inauguró en el Museo do Mar contribuye a hacerle un homenaje, recreando su universo más personal, incluyendo una reproducción a escala real de su “casa”. La construcción fue realizada por los arquitectos Creus e Carrasco, responsables de la reconstrucción de vivienda original. Aunque su puerta siempre estaba abierta para visitas, su producción más conocida es la selección de esculturas policromadas, de formas sinuosas que tenían como peana las propias rocas de la playa. Obra que fue cubierta por la marea negra del “Prestige” provocando una tristeza que para muchos ocasionó la muerte del artista, en 2002 a los 66 años. Bajo el título “Museo (do ermitán) Man”, esta propuesta descubre su creación más desconocida entre 1968 y 1979, la primera en Camelle, documentada en pequeñas fotografías encontradas tras su muerte en una caja en su habitáculo. 

La conforman libretas, más de 600 fotografías hechas por Man, piezas intervenidas o dibujos entre los que destacan varios autorretratos. Recupera la voz del artista al mostrar cartas de su puño y letra. Más que el contenido, llama la atención la presentación: una grafía diminuta, algunas veces presentada en orden y pulcritud y en otras, de forma caótica. “Man fue un autor difícil de encuadrar, a través de este recorrido nos acercamos al imaginario personal y a sus principales obsesiones”, indican las comisarias, Andrea Serodio y Carmen Hermo Estará en sala hasta el 15 de noviembre.

Te puede interesar