Sucesos

El cadáver descuartizado de una mujer aparece dentro de una maleta en Vigo

Una vecina de la rúa Espedrigada señala el lugar junto a la maleza en la que apareció la maleta con el cadáver desmembrado dentro.
photo_camera Una vecina de la rúa Espedrigada señala el lugar junto a la maleza en la que apareció la maleta con el cadáver desmembrado dentro.

Según una vecina, llevaba abandonada desde el mes de agosto pero nadie se interesó en abrirla 

La conmoción sacudió este jueves la zona de Balaídos con el hallazgo de un cadáver descuartizado dentro de una maleta entre la maleza de un solar de la calle Espedrigada, entre las avenidas de Fragoso y Balaídos. 

 

Ocurrió a primera hora de la tarde. Según cuentan, un repartidor que se dirigía a un taller cercano se habría metido en dicha maleza para orinar descubriendo así la maleta, y, al ver que parecía pesada y estaba rodeada de insectos, decidió dar parte a la Policía. Fue entonces cuando se abrió para examinar su contenido, que resultó ser el cadáver descuartizado y descompuesto de una persona, por lo que su muerte se había producido hace tiempo.

Ledicia Suárez, en el lugar donde estuvo colocada la maleta durante más de ocho meses, al lado de la entrada de su casa (a la derecha de la foto).
Ledicia Suárez, en el lugar donde estuvo colocada la maleta durante más de ocho meses, al lado de la entrada de su casa (a la derecha de la foto).

Los primeros indicios apuntan a que los restos pertenecerían a una mujer, pero su identificación llevará días debido al avanzado estado de descomposición en el que apareció, que tampoco permitió extraerle las huellas dactilares, por lo que la Policía Nacional tomó muestras de ADN para iniciar el proceso de identificación. 

La maleta en cuestión se hallaba muy cerca de una de las casas de la zona –a la altura del número 80 de la calle Espedrigada–, y Ledicia Suárez, vecina de esta vivienda, confirmó que sabía de la existencia de la misma: “Llevaba ahí puesta desde el mes de agosto”, indicó ayer en declaraciones a los medios de comunicación. 

Zona en la que fue localizada la maleta con el cadáver. // Jorge Santomé
Hasta el lugar se trasladaron la Policía Científica y una brigada de limpieza.

Seis meses, según apuntó esta vecina, sería, como mínimo, el tiempo que la persona que apareció dentro de la maleta llevaría muerta. “No me podía ni imaginar” que ahí dentro podía haber un cadáver, explicó Ledicia. Todo ello a pesar de que, ya en el propio mes de agosto “nos dimos cuenta de que olía un poco mal, pero no le dimos mucha importancia”

Un barrio "tranquilo"

En la zona –una pequeña barriada situada entre Fragoso y Balaídos– nadie se podía creer lo que había ocurrido. Se trata de un barrio tranquilo “en el que todos se conocen”, como indica Ledicia. La calle, de dirección única y a la que se puede acceder desde Fragoso, da a la parte trasera de varios edificios y alberga varias casas, además de un parque infantil y un aparcamiento que conecta con Balaídos por la parte de abajo. 

La maleta apareció un día de agosto envuelta en plástico de aeropuertos –el film que utilizan las aerolíneas para evitar que se dañe el equipaje– entre los arbustos de un pequeño solar ubicado entre la casa de Ledicia y el parque infantil del barrio. Esta vecina reitera que “nunca nos picó la curiosidad, ni a mí ni a mis vecinos” de abrirla para ver qué había, y además, cuando comenzó a oler, comenta que “le dimos una patada para alejarla algo más de la entrada de nuestra casa” y nunca les volvió a molestar el olor, que ayer todavía se podía notar en el rincón en el que la maleta con el cadáver descuartizado había estado durante más de 6 meses.

23 años del hallazgo de dos valijas con cuerpos en Tomiño

El macabro descubrimiento de una maleta con un cadáver dentro recuerda a un suceso ocurrido hace ya 23 años en Goián (Tomiño), donde aparecieron dos valijas de las que sobresalían un brazo humano y una cabeza. Los restos resultaron corresponder a un policía luso, Antonio Amável de Sousa, que había sido el primer subjefe del cuerpo policial portugués, y su mujer, Gloria Vieira. 

Las primeras hipótesis apuntaban a que el crimen se había cometido en la ciudad de Braga, concretamente en la vivienda del matrimonio asesinado, donde se encontraron restos de sangre en una escalera que conducía a la bodega y en un adoquín de granito del mismo lugar. La policía portuguesa apuntó a un peligroso delincuente portugués, que había evadido su ingreso a prisión recientemente, aunque el misterio de cómo trasladó los cadáveres de Braga a Goián no se esclareció.

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