“Tenemos mucho trabajo, hay mucha ocupación ilegal y aún más morosidad, el juzgado va lento y los procesos duran 14 meses, la gente se desespera y nos llaman a nosotros y nos contratan”, explica Francisco Fernández, responsable de la empresa Desokupa 24 horas, que tiene en Vigo una de sus sedes y está en permanente expansión. Conocedor del “mercado” señala que a menudo los propietarios no denuncian porque todo el proceso se eterniza y buscan otras soluciones. Ellos se consideran intermediarios. Señala que en Vigo hay miles de pisos vacíos, pero también viviendas cerradas porque sus titulares no viven en Vigo y las tienen de veraneo, o están sin alquilar o simplemente es gente mayor que ha fallecido y hay problemas con la herencia. “Estas viviendas son controladas: las señalizan con marcas y cuando ven que no hay movimiento entran o hacen venta de llave de pisos de forma ilegal”, señala. En Vigo pasa sobre todo en la zona de Coia, Calvario, Lavadores, donde hay mucha okupación, “sobre todo narco-pisos”. Asegura que la okupación es en general delictiva, “para menudeo de droga”.
Explica que el procedimiento que utilizan es de mediación extrajudicial “entre okupa y propietario o entre inquilino y propietario”. “Buscamos una solución que no se basa en dar dinero, sino en conceder hasta 40 días de margen al inquilino, con el que se pacta una salida voluntaria. Con el okupa es distinto, depende de cómo esté la vivienda, lo que sí sabemos es que si es droga no les interesa que vayamos por allí y se marchan”. Con los okupas realizan visitas periódicas en contacto con la comunidad de vecinos, colocando un vigilante de seguridad. “Sirve para hacer presión, el okupa al ver un vigilante ya no está cómodo. Tenemos tiempo para desgastar y funciona”, asegura.
En todo caso, mantiene que lo que más hay es morosidad, inquilinos que no pagan. Se deriva a la vía judicial, "pero pasan los meses y ni siquiera los citan. Lo que quieren los propietarios es buscar alternativas, porque un inquilino que no paga puede llevar a la ruina a una familia".
Un fenómeno que constatan que se dispara. “Ha aumentado sobre todo desde abril hasta ahora, un 40 por ciento y sigue creciendo”, afirma Francisco Fernández, quien está convencido de que los okupas son casi siempre los mismos. “La Justicia es lenta, pero llega, cuando echamos a alguien de un piso se quedan en la calle y buscan otro, y así sigue creciendo porque o se busca el sistema de denuncia o una empresa como la nuestra”. También anota el problema social. “No hay vivienda pública, los sueldos son bajos y la gente lo tiene difícil a la hora de ir a la inmobiliaria a alquilar, todo influye y se sale de madre”.
Su empresa abrió en Vigo en 2019, y ya está implantada en A Coruña, Madrid, Marbella y Alicante. Entre 2019 y 2023, Desokupa 24 horas ha crecido un 75 por ciento en facturación.
