la policía vigiló las aglomeraciones

Domingo en Bouzas con control policial

Uno de los controles de la Policía Local en la feria.
photo_camera Uno de los controles de la Policía Local en la feria.
El cierre de la hostelería afectó a la feria con la reducción de las ventas en un 70 por ciento, mientras los usuarios se apuntaron al “llevar para tomar” provocando colas y aglomeraciones en los espacios donde antes había terrazas

 Bouzas mantiene su poder de atracción y los domingos sigue siendo, en plena pandemia, un hervidero de gente, punto de encuentro de amigos y lugar de disfrute matinal. Tal afluencia generó problemas de tráfico y aparcamiento, que se agravaron con el cierre de la zona portuaria. La Policía Local y la grúa controlaron la circulación y el cumplimiento de las normas en la feria. Hicieron especial incidencia en el cumplimiento de la distancia de seguridad entre los compradores. 
El mercadillo, aunque de los más importantes de la ciudad, ya no es el principal reclamo. Con el cierre de la hostelería, los feriantes se quejan de un descenso de casi un 70% en las ventas: “La gente antes venía a comer y aprovechaba para dar una vuelta por los puestos, pero ahora ya no bajan”, apunta Gedeón Gabarri.

El acceso a los locales hostelería está restringido, pero la mayoría de los negocios se apuntaron al servicio de “llevar para tomar”, generando constantes colas en las puertas de los establecimientos. El tradicional cocido de Bouzas no podía faltar el domingo. “Antes lo comía en el bar, pero ahora lo encargué para recoger porque hay que ayudar a la hostelería”, apunta Susana Rodríguez, vecina de Navia que espera su turno con la tartera en una bolsa.

Los cafés y las cervezas también se sirven para llevar. Así, el encuentro tiene lugar en los espacios públicos como la alameda en torno al parque infantil abierto a los menores. “Quedamos para tomar el café al aire libre, pero me parece una tontería que no dejen abrir las terrazas porque estaríamos igual”, indica Conchi Cancelas, que es habitual del domingo boucense.
El punto negro se sitúa en el paseo marítimo, donde se registraron las mayores concentraciones de usuarios, tomando las consumiciones despachadas desde los locales solo para llevar. Los grupos se distribuyeron a lo largo del paseo, muchos sin guardar las distancias de seguridad, aunque la gran mayoría con mascarilla. Entre ellos pasaban bicicletas y coches de pedales que seguían el circuito, donde coincidieron con deportistas y viandantes. 

Así, una vez más llegada la hora de comer, la animación se apagó y las calles quedaron vacías en la villa de Bouzas.

La opinión de los usuarios

“Vengo desde Navia a por el cocido para ayudar a la hostelería”

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Susana Rodríguez encargó cocido para comer en casa: “Además de que me libro de cocinar un día, vengo desde Navia para ayudar a la hostelería, antes lo consumíamos en el bar”.n

“Dimos una vuelta por la feria y ya nos llevamos la comida a casa”

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La familia Vázquez, de Balaídos, iban a probar por primera vez el cocido de Bouzas. “Nos lo recomendaron, así que dimos una vuelta por la feria y ya nos llevamos la comida a casa”.n

“Siempre quedamos para vernos el domingo en Bouzas”

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Verónica Gómez, de Alcabre; Conchi Cancelas, de O Calvario y Carmen Bello, de As Travesas, tomaron su café en la alameda: “Siempre quedamos para vernos el domingo en Bouzas”.n

“La feria ha caído mucho, nos vamos con apenas 35 euros ganados”

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Gedeón y Rafael Gabarri ayer acudieron con su puesto a Bouzas: “El cierre de la hostelería nos están afectando, ha caído mucho, hasta un 70% en las ventas, nos vamos con apenas 35 euros ganados”. n

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