División vecinal en San Miguel de Oia por el párroco
Una concentración y recogida de firmas piden su relevo por el obispado de Tui-Vigo, que no lo contempla
Un grupo de vecinos ha iniciado una recogida de firmas en San Miguel de Oia para reclamar al obispado el inmediato relevo del párroco, Don Benito, a quien acusan de comportarse de forma inapropiada con los feligreses en funerales y otros actos religiosos. Ya han acumulado 600 apoyos y han iniciado concentraciones ante la puerta de la iglesia para hacer visible su protesta. Que repetirán el domingo, de 10,30 a 12,30 en el mismo lugar.
Según indicó una portavoz, el sacerdote, que lleva diez años en San Miguel de Oia y es también titular de servicios en el hospital Álvaro Cunqueiro, se habría mostrado desconsiderado de forma reiterada en varias ocasiones, la última de ellas al negarle a una feligresa la palabra que había pedido en una misa en recuerdo de su padre fallecido recientemente. Aseguran que solo ha sido el último caso y que también ha habido otras actitudes similares. “Queremos que el obispo nombre a otro párroco, hasta aquí hemos llegado y vamos a seguir con las protestas”, explicó la portavoz.
En la Diócesis de Tui-Vigo se ven las cosas de otra forma y su portavoz, conocedor de lo que está sucediendo, mantuvo ayer que se trata de un problema “que tendrá que resolverse”. Señalaron en Tui-Vigo que el párroco lleva muchos años en San Miguel y aunque se hubieran producido algún problema “se puede arreglar”. En este sentido, indicaron que varios vecinos de San Miguel de Oia se habían dirigido a la Diócesis para apoyar a Don Benito y rechazar la protesta.
“Esperamos que se pueda poner paz en este asunto, aunque pueda durar unos días”, indicó. Por su parte, algunos parroquianos señalaron que hubo un malentendido. “La misa general del domingo no era un funeral por una persona en concreto, por eso el cura dijo que le permitía hablar después, pero no en la ceremonia”. Pero la bola sigue creciendo y este domingo habrá nueva protesta. Hace unos días, incluso la TVG pasó por San Miguel de Oia para pulsar el descontento creciente.
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