Disfrutando como niños con las familias de acogida en Vigo

Durante una de las fiestas que organizaron juntas las familias de acogida de Vigo para que los niños pudieran pasar la tarde juntos.
photo_camera Durante una de las fiestas que organizaron juntas las familias de acogida de Vigo para que los niños pudieran pasar la tarde juntos.
Lejos de su casa, pero como si estuvieran en ella, los pequeños saharauis se divierten este verano

La llegada de los niños saharauis a Galicia ha sido distinta este año. Tras dos años de parón obligado por la pandemia, los pequeños aterrizaron en Vigo más tarde de lo previsto, el 25 de julio. Lo habitual era que pasasen los meses de julio y agosto con sus familias de acogida, pero esta vez su estancia será algo más corta. Además, desde que se inició el proyecto ‘Vacaciones en Paz’ de Solidariedade Galega co Pobo Saharaui es la primera ocasión en la que ninguno de los niños es repetidor del programa. “Lo hicimos pensando en que puedan volver el mayor número de veces”, explica Paty, responsable del proyecto en Vigo. 

Así, veinticinco niños y niñas, de entre siete y ocho años, están disfrutando de Vigo este verano. Sus familias de acogida los estaban esperando con los brazos abiertos, dispuestos a ofrecerle todo lo necesario para que su estancia aquí se convierta en un buen recuerdo. Desde el minuto uno pasaron a convertirse en un miembro más del hogar, adaptándose a las rutinas. 

En algunos casos, han coincidido con los hijos de la pareja que los acoge, una oportunidad para convivir con alguien de su edad o similar y con quien han acudido a campamentos u otras actividades que se organizaron en la ciudad. Y es que durante el tiempo que pasan aquí no paran de hacer cosas.

En un mes que llevan aquí, han podido celebrar fiestas en la piscina, han acudido a conciertos en Castrelos, han visitado algunos sitios conocidos de la ciudad como O Castro y también han pasado tardes en Samil. Además, el domingo, se reunieron en Santiago de Compostela con el resto de niños que están pasando el verano en Galicia en la celebración de una jornada en apoyo al pueblo saharaui. Gran parte de esas actividades las han hecho en grupo, porque los padres y madres de acogida se mantienen en contacto a diario a través de un grupo de whatsapp en el que se proponen planes, pero también se comentan dudas apoyándose unos a otros. Porque en este camino, se encuentran algunas pequeñas barreras como la diferencia entre culturas o el idioma. 

El reto de la comunicación es uno de los más difíciles. “Antes lo superábamos contando con niños y niñas que coincidían en la misma edición con otros que ya habían venido a Galicia más veces”, señala Paty. Ahora echan mano de sus propias familias del Sahara y también de un traductor. 

Durante el tiempo que pasan aquí también aprovechan para acudir al pediatra y tratar su salud de la mejor forma posible. “Tenemos un convenio con el Sergas para que puedan acudir como si fuesen niños que residen aquí todo el año”, indica Paty.

Cuanto regresen al Sahara, el próximo 4 de septiembre, empezará el proceso de selección para el próximo verano, un conjunto de trámites administrativos que requiere tiempo, pero que es sencillo para las familias, por ello muchas repiten con el mismo niño en años posteriores, hasta que su edad no les permite volver.

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