La DGT excluye las vías del área de Vigo de los tramos de riesgo para motoristas

Uno de los tramos de riesgo para motos colocado en una carretera de la Red del del Estado y donde se contabilizan los fallecidos en cinco años.
photo_camera Uno de los tramos de riesgo para motos colocado en una carretera de la Red del del Estado y donde se contabilizan los fallecidos en cinco años.
La provincia queda fuera del último mapa de especial vigilancia para estos vehículos, con 6 fallecidos este año

La elevada cifra de muertes por accidente de moto llevó a la Dirección General de Tráfico a establecer en septiembre de 2020 un mapa de tramos de especial riesgo para este tipo de vehículos, en el que además de señalizar se incluía una especial vigilancia. En aquel momento y con la provincia bajo el foco por la alta siniestralidad se incluyó únicamente un tramo, el del kilómetro 4,25 al 6,08 de la PO -313, carretera que va de Moaña a Marín.  Para entonces ya se  habían registrado víctimas mortales en  vías como la PO-552 (salida de Vigo, A Guarda y O Rosal) o la PO-404 y PO-403, entre Tui y Salvaterra. 

 

 

La última actualización de dicho mapa que incluye un centenar de tramos por todo el territorio nacional ya elimina dicho punto, dejando fuera  a las vías del área de Vigo y a  las del resto de provincia,  a pesar del número de que solo en lo que va de año ya se han producido seis  accidentes mortales, al menos tres en la misma carretera. El algoritmo utilizado para elaborar estos tramos de especial riesgo tiene en cuenta, por un lado, la acumulación de siniestros en cinco años y la sinuosidad de la vía. En tres años, la cifra de motoristas muertos en accidente en las carreteras del entorno vigués roza la treintena. 

A finales de junio pasado, coincidiendo con el inicio de una las peores épocas para las motos, al incrementarse su uso, la DGT  iniciaba una campaña dirigida a sus conductores. Ya entonces, a nivel nacional se habían contabilizado un total de 116 fallecidos, el 60% durante el fin de semana.  La vigilancia se centraba  en controlar, por un lado, la conducción en zig-zag, por otro la llamada conducción agresiva y por último el exceso de velocidad y la distancia de seguridad con otros vehículos. Para la Dirección General de Tráfico se trata de actuaciones vinculadas a los siniestros. Si bien, junto a la responsabilidad de los motoristas está el estado de las vías o su trazado. De hecho, el 80% de los siniestros se producen en carreteras secundarias. En Vigo, en lo que va de año el porcentaje llega al 100%. 

La situación es especialmente preocupante en las carreteras del entorno. De los 13 fallecidos en accidente en toda la provincia hasta ayer, seis circulaban en una motocicleta y cinco de ellos perdieron la vida en vías con conexión a la ciudad y municipios de influencia, carreteras que desde hace ahora tres años se ha convertido en un “punto negro” para este tipo de vehículos.

 Los  accidentes de tráfico siguen incrementándose y se sitúan ya por encima del triple de los registrados por estas fechas durante el año pasado. A los ocurridos en las carreteras de la demarcación de la Guardia Civil hay que sumar los registrados en pleno casco urbano, con tres fallecidos, uno de ellos motorista. Este accidente mortal fue el primero del año en la ciudad, ocurrió en el túnel de Beiramar en el mes de enero. Un hombre de 30 años perdía la vida al quedar atrapado entre un camión y el muro del subterráneo. Las otras dos víctimas mortales fueron peatones, uno de ellos arrollado por una motocicleta.

La PO-552 suma víctimas mortales, seis desde 2019

La carretera que une Vigo con A Guarda ha añadido este verano un trágico récord. En apenas días entre finales de junio y julio se ha cobrado la vida de tres jóvenes motoristas, igualando el número de víctimas mortales en moto en los dos años anteriores. La PO-325, en Coruxo también registró un accidente mortal en el mes de mayo. En esta ocasión, un hombre de 57 años que salía despedido de su motocicleta y era encontrado en un terraplén.  En junio, otro joven piloto perdía la vida en la PO-400, a la altura de Crecente, una vía en la que en 2019 se acometían por parte de la Xunta diferentes actuaciones para aumentar la seguridad en cuatro tramos concretos. En la ciudad, el Concello comenzó hace dos años la retirada de los llamados guardarraíles “asesinos”, una de la petición de los usuarios de motocicletas que protagonizaron varias movilizaciones nacionales desde Vigo.

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