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Crimen en Ponte de Lima: el asesino utilizó varios cuchillos

Un momento de la concentración celebrada ayer en Terrachán, Entrino, en Ourense.
photo_camera Un momento de la concentración celebrada ayer en Terrachán, Entrino, en Ourense.
El presunto agresor, que estaba en tratamiento, se ensañó con la víctima a la que mutiló

La víctima del brutal crimen ocurrido en una casa rural de Ponte de Limia supuestamente por un vigués que después se suicidó tirándose del puente de Rande no sólo sufrió la mutilación de sus genitales sino que presentaba otros cortes profundos en su cuerpo. La investigación apunta a que el asesino utilizó para la castración un arma blanca de grandes dimensiones tipo katana o machete, y además otra serie de cuchillos para el  resto de la tortura que se prolongó durante casi seis horas y que obligó a presenciar a su exmujer y actual pareja del asesinado.
Carlos S.F., empresario y piloto vigués de 50 años, y  al que su ex mujer señaló como responsable del crimen, ya estaba en tratamiento psicólogo desde hacía meses, a consecuencia de la conflictiva ruptura que se había producido entre ambos. Tras doce años de convivencia, su matrimonio se acabó hace sólo unos meses,  y la separación fue especialmente  complicada con constantes discusiones y enfrentamientos que acabaron en el peor e inimaginable de los escenarios. 
Tras desplazarse hasta la casa rural en Ponte de Lima, donde su exmujer, de 48 años, y su pareja se habían trasladado hacía dos semanas a pasar unos días de vacaciones, el autor del crimen irrumpió en la casa por la ventana, golpeó fuertemente al hombre al que inmovilizó con bridas y a ella la maniató a una silla con cables eléctricos. La investigación señala, tras el relato de la superviviente, que fue forzada a presenciar la castración completa de la víctima y otra serie de torturas. Ella pudo liberarse de la silla y aún atada con las manos a la espalda huir a una finca cercana y pedir ayuda. Estuvo escondida  y aterrorizada, si bien las lesiones físicas eran menores y ya fue dada de alta del hospital de Viana do Castelo donde fue trasladada por los sanitarios tras ser atendida por  los agentes de la GNR que hallaron el cuerpo.
En colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, se solicitó desde Portugal información para localizar al sospechoso del crimen, que nunca llegó a aparecer por su domicilio en Vigo, ya que  poco después del macabro hallazgo, se lanzaba a la Ría desde el Puente de Rande y acababa con su vida.

El asesinado, francés, compartía raíces ourensanas con su novia

El municipio ourensano de Entrimo se despertaba ayer sobrecogido tras la confirmación de que el hombre mutilado y asesinado en Ponte de Lima, Luis Miguel Fernández Álvarez, tenía sus raíces familiares en esta localidad, al igual que su compañera, Nuria R.G., quien sobrevivió al brutal ataque de su exmarido.
Luis Miguel Fernández, de 53 años, era un hijo de la emigración. Su familia escogió, en los años 60, la ciudad francesa de Metz -al noroeste del país- para desarrollar su proyecto vital. Cada verano recorrían los 1.800 kilómetros que les separaban de Terrachán para disfrutar de sus vacaciones con la familia y amigos de siempre, seres queridos que no tienen ni consuelo ni explicación a lo ocurrido. “Yo no quería creer. Me niego a creer lo que pasó”, confesaba una vecina cercana a la familia de Luis Miguel, a quien recuerda “desde siempre” y con quien había compartido más de una conversación donde afloraba la “adoración” que sentía por el municipio.
Los vecinos y conocidos, porque en Entrimo apenas residen 1.100 habitantes, les recordaban como un hombre bueno, tranquilo, con gran creatividad y especialmente comprometido contra la violencia machista, destacaba un compañero de “vivencias” de la juventud.
El dolor ha sacudido por partida doble al municipio al confirmarse que, la pareja, con quien estaba pasando unos días de vacaciones, está también vinculada a Entrimo. Sus padres, ahora jubilados, pasan largas temporadas en la vivienda familiar ubicada en Lantemil, parroquia de A Illa. “Estoy tocado por ambos lados”, comentaba triste otro lugareño que conocía a ambas familias, “gente normal, personas excelentes”. Al asesino, lo describe como un hombre “posesivo, que no superó la separación”. Según comenta, el macabro crimen fue un asalto en toda regla. “Planeó todo, entró por la ventana y llevaba  hacha, katana, pasamontañas, bridas, cinta americana....”, comentaba, relatando cómo Nuria logró escapar, “iba a por ella”.
La Asociación de Mulleres Rurais convocó una concentración de repulsa. “Estamos aquí con ellos, queremos arropar a las familias y mostrar nuestro cariño, que es lo que podemos hacer”, señalaba el alcalde Ramón Alonso, quien reconocía que el shock brutal.

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