Sucesos

Crimen del garaje: testigos abren la puerta a nuevas pesquisas

Ramón Chippirrás y Carmen Balfagón, ayer en los juzgados de Vigo.
photo_camera Ramón Chippirrás y Carmen Balfagón, ayer en los juzgados de Vigo.
La exmujer de Manuel Salgado y su entonces pareja siguen como investigados tras reabrirse la causa. Los criminólogos del caso, satisfechos con las primeras declaraciones en el juzgado

Los cuatro primeros testigos en declarar ayer ante el juzgado sobre el asesinato de Manuel Salgado en un garaje de Rosalía de Castro, ocurrido en abril de 2002, dejaron hebras de las que seguir tirando. Todavía son débiles, pero derivarán en nuevas diligencias de investigación que podrían llevarse a cabo a partir de diciembre. Será tras el interrogatorio del quinto testigo, pieza clave en la causa y sobre el que ayer se centró uno de los testimonios. Se trata de un detective que fue condenado en su día por someter a escuchas ilegales a la víctima, años antes del asesinato. A mayores, queda por identificar una mujer que tendría información sobre quien podría estar detrás del hasta ahora “crimen perfecto”.

 

 

Los interrogatorios de ayer se prolongaron durante más de cuatro horas y en ellos estuvieron presentes además del juez y la fiscal, la acusación particular en representación de los sobrinos y la hermana de Salgado, junto a las defensas de la exmujer y su entonces pareja, que vuelven a estar investigados procesalmente tras reabrirse la causa. Ambos fueron detenidos en 2004 y quedaron en libertad por falta de pruebas (tenían coartada). Al archivarse el caso, también se archivó de forma provisional para los dos sospechosos, algo que cambió una vez se reabrió la instrucción, en la que la Policía mantiene indicios de su posible participación.

 

 

Ante el juez, prestaron testimonio un sobrino del detective, una mujer que tuvo relación con el investigado, así como un conocido de la familia y un cuarto relacionado con una furgoneta que fue vista cerca de la vivienda de la víctima.  En esencia, se ratificaron en sus declaraciones ante la Policía, aunque no en todos sus términos. Junto al paso del tiempo, la sospecha de un asesinato por encargo constriñe la voluntad de los testigos. El miedo es libre. Varios citados ayer explicaron antes de entrar  en sala desconocer lo ocurrido incluso a la víctima en algún caso, pero sí tuvieron conocimiento a posteriori de los hechos a través de testimonios  directos que apuntarían a un crimen preparado. 

Saber quién está detrás es el objetivo de los familiares de Manuel Salgado, que, además de su letrado, han echado mano de un equipo de criminólogos para impulsar la causa. Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, que han participado en otros casos sin resolver como el de Déborah Fernández,  se trasladaron ayer hasta los juzgados de Vigo, acompañados por los sobrinos de la víctima.  Según explicaron, “la jornada de declaraciones ha salido mejor de lo esperado”. Para las defensas, no hay nada de nada.

“Fue un asesinato económico con premeditación”

Tanto Carmen Balfagón como Ramón Chippirrás se mostraron “esperanzados” con poder avanzar para averiguar y demostrar quién mató a Manuel Salgado. “Para nosotros está claro que fue un asesinato con premeditación y por motivos económicos”, afirmaron a las puertas del juzgado.  A su juicio, “hay muchas personas que tienen que explicar algunos datos fundamentales”. Los expertos consideran que “en una causa penal el paso del tiempo juega en contra del esclarecimiento de los hechos” pero confían en que el impulso judicial dé sus frutos porque “este crimen no puede prescribir sin saber quién es el autor”. La intención por parte de las partes implicadas es agotar todas las vías posibles antes de que pueda llegar a archivarse de forma definitiva.  “Todavía estamos a tiempo, aunque sea tiempo de descuento”.

Balfagón y Chipirrás realizaron un informe tras “exprimir” al máximo el sumario. Su conclusión es que “quedaron algunas cosas por hacer y ahora es el momento”.

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