Las nuevas construcciones ya incorporan aislantes para evitar la presencia de este gas radiactivo, la segunda causa más habitual de cáncer de pulmón después del tabaco
La preocupación por las elevadas concentraciones de radón en el área de Vigo ha provocado un aumento de las reformas para la instalación de sistemas aislantes para evitar los efectos de este gas radiactivo en los inmuebles, la principal causa de cáncer de pulmón en no fumadores según la Organización Mundial de la Salud.
“Cada vez hay más demanda a la hora de hacer nuevas viviendas pero además la gente se informa cada vez más cuando se plantean una reforma porque son conscientes del problema que supone el radón ya que es un gas inodoro e incoloro, puede haber un nivel alto en una casa y nadie lo notaría”, asegura Lisardo de Francisco, director técnico de Tripomant, una empresa viguesa especializada en la instalación de aislantes contra este gas.
Desde el año 2019 todas las nuevas viviendas están obligadas incorporar protección contra el radón. Una normativa que ya se aplica sin problemas, incorporando la instalación de láminas aislantes o incluso la construcción de cámaras de ventilación a los proyectos arquitectónicos según explica Javier Garrido, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia (Aproin).
A pesar de todo, aún son muchas las viviendas que no están preparadas para aislarse de este gas al no haber sido reformadas, lo cual puede suponer un grave problema ya que “no es una cuestión menor, una vivienda mal impermeabilizada puede causar humedades pero esto es cuestión de salud”, indica de Francisco.
Vigo y su área superan el límite sanitario para evitar riesgos
La provincia de Pontevedra es, junto a la de Ourense, la que cuenta con mayores concentraciones de radón de toda España. “Municipios como Porriño, Salvaterra, Salceda o Ponteareas estarían especialmente afectados por el radón, pero lo hay en toda la zona de Vigo”, asegura de Francisco.
Los estudios y las mediciones realizadas por el Laboratorio de Radón de Galicia muestran que el área viguesa presenta una incidencia elevada de este gas radiactivo que se desprende del uranio del suelo y de rocas como el granito. El gas radón se mide en berequeles por metro cúbico. La normativa europea sitúa el límite en los 300 para evitar riesgos. Sin embargo, las autoridades sanitarias aconsejan no superar el límite de los 200. Según los datos del Laboratorio del Radón de Galicia, en el municipio de Vigo y el resto de la comarca más del 10% de los domicilios sobrepasan el límite de 300, situando a toda el área en el nivel de riesgo más alto de este gas.
Por suerte “cada vez hay más conocimiento sobre los efectos de este gas en la salud y la gente está más concienciada, se quieren informar sobre esta cuestión y cuando se enteran de que es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco saben que es algo a tener en cuenta”, afirma el director técnico de Tripomant.
