A Coruña logra los murales de Lugrís que pretendía una galería de Vigo
La Xunta declarará BIC la obra que pintó en las paredes del restaurante herculino Fornos por la que el la casa Montenegro hizo la máxima puja tras salir a concurso de acreedores
Urbano Lugrís, pintor enterrado en Pereiró tras fallecer en la ciudad en 1973, es considerado, en palabras del galerista Víctor Montenegro, “de entre los ocho o nueve mejores artistas gallegos del siglo XX, es muy demandado en el mercado, donde tiene poca obra disponible”. El director de la galería viguesa Montenegro fue el que más pujó, 40.100 euros, en la subasta de los doce murales que el autor pintó en el restaurante Fornos, en la calle herculina de Olmos, ahora en concurso de acreedores. Pero sus opciones de hacerse con ellas se redujeron ayer tras un anuncio conjunto de la Xunta y del Concello de Coruña.
Ambas administraciones hicieron público el próximo inicio de los trámites para la declaración BIC de estas piezas. Se justifican, asegurando que “buscan la máxima protección patrimonial a estas obras con base en su valor artístico y originalidad, teniendo en cuenta además del interés común por mantenerlas en Coruña (posiblemente en el Museo de Belas Artes), la importancia de que no se disgreguen y se mantengan juntas en el futuro, en el marco del actual proceso concursal en marcha, así como la posibilidad de que sigan siendo públicas”. Con ello responde a una demanda histórica de asociaciones O Mural e In Nave Civitas después de más de dos décadas de abandono.
Según el juzgado Mercantil número 3, el plazo para presentar ofertas para la compra de los murales se cerró el viernes con cuatro propuestas: la de la galería viguesa, que propuso la puja más alta; otras dos también del ámbito privado por 30.000 y 36.000 respectivamente y la de la Xunta, por 35.000 euros. Aunque la última palabra en la adjudicación la tiene el administrador concursal que puede valorar aspectos como el interés cultural, Montenegro tenía casi todas las papeletas. “Somos una galería privada, no una ONG, mi intención es recuperar esos murales e impedir que se sigan deteriorando, luego los pondría a la venta dando prioridad a los museos primero y a las fundaciones”, afirmó el galerista, que estaba dispuesto a asumir unos costes de levantamiento y restauración que podrían multiplicar por cuatro la inversión inicial.
Lo que la sociedad y la oposición consideraron una inacción del gobierno local y de la Xunta generó tal polémica y movilización que presionaron a las administraciones hasta lograr una solución. Se repite así lo sucedido en 2016, cuando “se forzó” el BIC para el mural de Lugrís de la rúa Real con orden del Tribunal.
“La recuperación de los murales de Laxeiro fue lo más bonito que hice”
Víctor Montenegro, a la espera el desenlace final, afirmó ayer estar “muy ilusionado” con el proyecto de los murales de Lugrís. Es consciente de la complejidad del levantamiento. “Es una intervención muy costosa y delicada, con muchos riesgos”, declaró. El galerista vigués ya estuvo involucrado en una operación similar en los años 90. “Por encargo de Laxeiro, que aún estaba vivo, retiramos dos murales que tenía en Buenos Aires; uno de ellos, por deseo expreso del artista, está ahora en el Museo de Pontevedra y el otro se vendió a un particular”. Los trabajos de retirada de las pinturas que culminaron con éxito se prolongaron durante cinco años. “La recuperación de estos murales fue el trabajo más bonito que hice, aunque económicamente no resultó rentable”.
En el caso de Lugrís, a su interés personal por evitar que estas piezas se deterioren más se suma la demanda que hay del artista. “En 2018 inauguramos una exposición dedicada a Lugrís, en la que logré reunir 26 obras, de las que se vendieron 22, fue la muestra con mayor afluencia de público que tuve”.
La obra mural de Lugrís es bastante habitual. En Vigo se conservan cuatro ejemplos: uno privado, en la sede de Librouro, cuyo propietario era amigo personal del artista y tres en el Museo Quiñones de León, que fueron retirados en 1977 del Gran Hotel, en Porta do Sol: "Mapa de Galicia", "San Telmo" y "Misterios do mar". En este establecimiento hotelero, hoy residencial, había otros dos ( “Vista de Vigo” y “Romaría”) que pasaron a formar parte de la colección de Afundación, cuya sede oficial está en su Centro Social en Vigo.
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