El Corazón de María, en la calle Honduras, es una de las catorce parroquias viguesas que conmemora este año su cincuenta aniversario. “La diócesis, con el obispo José Delicado al frente, encargó un estudio de la pastoral urbana en 1970 y consideró que hacían falta más núcleos parroquiales para dar servicio a los fieles; surgieron catorce nuevas entre las que está la nuestra”. Así, el párroco Alfredo García explica cómo empezó a funcionar el nuevo núcleo en la sede de los misioneros claretianos. “Ésta no es una parroquia de barrio, ni una rural más determinada por el espacio, el objetivo es acercar los servicios a los fieles”.
El aniversario se conmemorará mañana al coincidir con otra efeméride, los 150 años del fallecimiento de su fundador, San Antonio María de Claret (1807-1870). El protocolo obliga a celebrar la eucaristía con aforo limitado, aunque se retransmitirá por el canal de youtube de la parroquia. La conmemoración conjunta del aniversario de las catorce parroquias será el próximo 31 en la Concatedral.
La orden misionera otorga una serie de peculiaridades a la parroquia. La mayoría de los sacerdotes no nacieron en el entorno vigués y conciben la labora misionera también dentro del país. “Las características misioneras con vocación anunciadora del evangelio nos harían más exigentes, así desde el 2000 promovemos a grupos evangelizadores en el entorno y en las calles, que se suman a las jornadas sobre las campañas en el tercer mundo y a proyectos solidarios como el puesto de comercio justo”.
La crisis del coronavirus también se deja notar en la parroquia. “Los feligreses son vecinos del entorno que eligen la nuestra entre las opciones del centro, es una comunidad plural con una misma fe en Jesucristo y diferentes sensibilidades”.
De misión en Vigo desde 1947
Los primeros misioneros claretianos en Vigo llegaron en 1947, tras inaugurar la primera comunidad en la diócesis en Tui en los años 30. Tres padres y un hermano comienzan el apostolado desde la capilla del colegio Mariano y por las distintas parroquias.
Dos años después se proyecta la construcción de un gran templo diseñado por Antonio Cominges. Comienzan a oficiar desde la cripta. Tras el concilio Vaticano II cambiaron la estrategia y apostaron por la construcción de un edificio más funcional con espacio para la formación y la acción social. Se fundó en 1979 en la calle Honduras edificado verticalmente. Ocho claretianos atienden a una comunidad de unos de 7.500 parroquianos. Ahora se coordinan con Cáritas diocesanas para seguir con su labor social.
