El conductor del autobús del Lérez, investigado, afirma que hizo aquaplaning

El autobús de la línea entre Lugo y Vigo se despeñó por un viaducto y acabó en el Lérez.
photo_camera El autobús de la línea entre Lugo y Vigo se despeñó por un viaducto y acabó en el Lérez.
El chófer vigués, uno de los dos supervivientes del accidente en el Lérez, contestó solo a las preguntas de su abogado como investigado por la Guardia Civil y descartó exceso de velocidad

El autobús que hacía la línea entre Lugo y Vigo el pasado 24 de diciembre perdió el control al hacer aquaplaning junto al viaducto de Pedre, en Cerdedo-Cotobade y acabó despeñándose por una altura de 29 metros. El relato prestado en la noche del jueves ante la Guardia Civil por el conductor y uno de los supervivientes del peor accidente de autobús desde 2016 en España señaló así directamente a los efectos  que sobre el vehículo tuvo la gran cantidad de agua acumulada en el punto kilométrico 67.5 de la N-541 como causa del siniestro. 

Este vigués, de 62 años, acudió a la comandancia acompañado de un abogado al estar como investigado por la Guardia Civil (por si pudiera haber una posible negligencia) y se acogió a su derecho a responder solo a las preguntas de su letrado. Así, durante su testimonio, contó cómo cogió la curva a una velocidad por debajo de los 80 kilómetros por hora,  pero aseguró que en ese punto, el agua corría por la carretera como una riada. Al pasar las ruedas delanteras ya notó algo extraño, pero fueron las ruedas traseras las que hicieron aquaplaning y la vía se convirtió en una pista deslizante haciendo que se encendieran las luces de avería del panel del autobús. En ese momento, el vehículo se fue sin control hacia el lado izquierdo, después hacia el derecho, “volando” por el viaducto y sin que el conductor pudiera hacer nada para controlarlo.

Él llevaba puesto el cinturón de seguridad, igual que la otra superviviente,  quien también prestó su testimonio horas antes  a los agentes encargados de la investigación, desplazados hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro, donde se encuentra ingresada a la espera de recuperación. Una vez se produjo el impacto contra la valla de seguridad de la carretera y el autobús  cayó al agua, el conductor entró en estado de shock, aunque recuerda que trató de tranquilizar a la viajera que dio aviso a emergencias tras observar cómo empezaba a entrar el agua. 

El chófer también sufrió lesiones, aunque de menor gravedad. El informe definitivo de los expertos de la Guardia Civil sobre las causas todavía tardará semanas.

Por otra parte, la iglesia parroquial de Lalín celebró ayer una misa funeral por las siete víctimas mortales en el accidente, presidida por el obispo de Lugo, Monseñor Alfonso Carrasco.

A la misa acudieron, entre otras autoridades, el conselleiro de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidades, Román Rodríguez, y el alcalde de Lalín, José Crespo.

Fueron muchos los vecinos que decidieron asistir a la eucaristía, así como familiares y allegados de las víctimas, abarrotando la iglesia parroquial del municipio. Además del obispo, otros cinco sacerdotes participaron en la celebración.

Nuevos límites en la zona

Tras el trágico accidente ocurrido en la N-541 y ante la presencia de agua en la calzada por las constantes lluvias y las malas previsiones de los próximos días, se han establecido nuevos límites de velocidad provisionales. La recta anterior se queda limitada a 60 kilómetros por hora, mientras que la entrada a la curva, a 40, mediante señales colocadas antes del punto en el que el autobús se precipitó por el viaducto. Además, se han colocado conos para separar los carriles de circulación, lo que obligará a los conductores a atravesar ese tramo  a una velocidad más lenta con lo que se rebaja la posibilidad de nuevos siniestros. El estado de la vía presentaba ayer acumulación de agua en el mismo lugar donde el autobús perdió el control, de ahí que se hayan tomado medidas.

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