Los clásicos de Bisbal ‘triunfan’ otra vez
El almeriense echó mano de sus éxitos y presentó el adelanto de “Me siento vivo” ante su público en Castrelos
David Bisbal, de azul celeste, volvió a Castrelos con ganas. En su anterior concierto, el último antes de la pandemia, demostró su profesionalidad al actuar, pese la lluvia. Ayer no tuvo que enfrentarse al agua y pudo desplegar toda la vistosidad de su nuevo espectáculo, lleno de pantallas y efectos sonoros. El de Almería convenció y pasó página definitivamente de su época de triunfito.
Fue el segundo concierto de Castrelos y como es costumbre, el alcalde salió a dar la bienvenida: “Es el mejor concierto de Bisbal y Castrelos es mejor que Central Park; sois unos máquinas”, apuntó, coincidiendo con el saludo del artista, que se dirigió al respetable con un “¿cómo estáis máquinas, máquinas gallegos?”. Logró un lleno absoluto, con la venta de las 5.000 entradas del foso y todas las localidades de las gradas ocupadas por un público que disfrutó como nunca de los éxitos de toda una trayectoria de 20 años.
Aunque empezó con “Ajedrez” e interpretó otros como la bachata “Ay ay ay” de su nuevo trabajo “Me siento vivo”, en el repertorio no faltaron temas de sus anteriores discos como “Lloraré sus penas”, “Oye el boom” o “Esclavo de tus besos”, de “Sin mirar atrás”, dejando para la despedida sus tres platos fuertes: “Corazón latino”, “Bulería” y “Ave María”. Canciones que ya interpretó en 2019, pero que fueron recibidas con ovaciones. El concierto tuvo de todo: Sonaron baladas como “Mi Princesa”, “es necesario conectar con corazón de la gente”. También hubo melodías más movidas y ritmos latinos. La interacción y sus guiños constantes al respetable hicieron en se metiera al público en el bolsillo en la primera parte del show. “Veo banderas de todos los países, un cartel con ‘hazte un foto conmigo’ y otro de ‘Caty y César se casan’, no sabéis el esfuerzo de oftalmología que supone esto”, bromeó. “¿Estamos listos para celebrar los temas que nos unieron todos estos años? Pues vamos”. Los espectadores disfrutaron cada minuto, coreando y bailando cada tema.
Sobre el escenario, Bisbal no paró de bailar, de recorrerlo con una energía contagiosa, hasta hizo su famoso giro. Y amagó con no hacer bises con un “gracias, gran público de Castrelos”. Pero volvió. La noche se pasó rápido y dejó un buen sabor de boca.
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