Hubo que esperar décadas para volver a disfrutar de Os Resentidos y Siniestro Total juntos sobre el escenario

Castrelos resucitó lo mejor de los 80

Os Resentidos
Como si se tratase de un viaje en una máquina del tiempo, Castrelos recuperó ayer el espíritu, la música y a los protagonistas de los dorados años 80. Dos grupos vigueses, Os Resentidos y Siniestro Total ofrecieron un concierto único, un regalo con lazo rojo para los nostálgicos y la primera propuesta musical que se organiza en el mejor auditorio al aire libre de la ciudad este año, con un mes de retraso en relación a temporadas anteriores.
Jóvenes, menos jóvenes, familias y pandillas llenaron el parque congregando a miles de personas. El precio simbólico de la entrada, 2 euros, favoreció que muchos se animasen a seguir el concierto desde el recinto.

Os Resentidos fueron los primeros en salir. Sin invitados especiales, presentaron la versión más pura: Antón Reixa, como vocalista; Alberto Torrado, al saxo, y Javier Soto, a la guitarra, que, a excepción del homenaje de Ourense en mayo, llevaban 25 años sin tocar juntos, pero fue como montar en bicicleta. Detrás, la banda formada por viejos amigos (Javi Campa y Pablo) y nuevas incorporaciones como Alex, Rafa o Iago. Roberto Sobrado sirvió de voz de apoyo a un Antón Reixa, que será hoy pregonero de las fiestas.

Para abrir boca un clásico: 'Danza 2.000 Resentidos' para continuar en línea cronológica con temas como 'Rock esquimal'. El momento más ovacionado no se hizo esperar. Pasaba poco más de 20 minutos de concierto cuando sonó 'Galicia Caníbal', coreada y bailada por el público. La fiesta ya llegaba a Castrelos. No faltó un recuerdo a los periodos más carismáticos del grupo: la fase rap o la época del 'Fracaso tropical' con temas como 'Cumbia china'.

Para despedirse de un público con ganas de pasarlo bien eligieron dos composiciones míticas: 'Atlántico' y 'Xa está aquí'.

Y llegó la hora de Siniestro Total. Pasan los años pero ellos no cambian. Soto hizo doblete y se incorporó a su actual agrupación. Vestidos como 'señores mayores y serios' que son según ellos mismos dicen, se hicieron rápidamente con la platea. Capitaneados por Julián Hernández, los chicos terribles de la Movida viguesa escogieron 'Rock en Samil' para la primera toma de contacto. Su repertorio tuvo un poco de todo, desde temas consolidados hasta canciones de su último trabajo 'Country & western', pasando por versiones poco habituales en sus directos como instrumentales, incluso el tema con el título más largo 'Escena de fiesta de una película de Alfredo Landa en un chalet de la sierra madrileña'. No faltaron himnos como 'Matando hippies en las Cíes', 'Bailaré sobre tu tumba', o 'Adiós al rock'. También quisieron recordar su reciente gira por Colombia, recuperando 'España se droga'.

Pero se echaron de menos 'Fuimos un grupo vigués', 'Baño de sangre en Porto Banus' o 'Demasiadas historias en el aire'.

Con una hora de final de fiesta marcado, las 2 de la madrugada, Siniestro Total tuvo que limitarse. 'Es cierto que Castrelos impone por la presencia del público tan vertical, pero es como cualquier otro, hay que hacerlo igual de bien', apunta Hernández, momentos antes de su actuación, entre bambalinas.

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