La Policía Local dio aviso a la Nacional ante el aviso de robos en el interior de la capilla
nnn Tan tradicional como la peregrinación de fieles a San Roque es la presencia de carteristas en la romería. Ayer no fue una excepción. Antes de la celebración de la eucaristía, la Policía Local dio aviso a la Nacional ante la alerta de robos en el interior de la capilla. “Entras por una puerta y cuando sales ya no tienes la cartera”, explicaba un afectado a los agentes.
Con las dos patrullas de la Policía Nacional y el despliegue de los agentes locales, la celebración pudo continuar con normalidad, a excepción de algunos incidentes provocados por el exceso de calor y la aglomeración de personas.
Los sanitarios tuvieron que intervenir para trasladar a una persona que sufrió una caída en la procesión, y hubo varios desvanecimientos, nada de gravedad. Uno de los principales obstáculos, el escalón a la entrada del pazo, que fue origen de varios traspiés entre las personas mayores.
Al contrario que el pasado año, el plan de protección y evacuación se elaboró en tiempo y forma y no hubo que cerrar ningún puesto. La Policía Local realizó una especial vigilancia para que todo estuviera en orden a lo largo de la jornada de mayor afluencia.
Tras los actos religiosos, las carpas para comer fueron los lugares con mayor demanda, con colas y esperas de hasta una hora para conseguir una mesa en la que degustar tapas y raciones de la gastronomía popular gallega.n
Con las dos patrullas de la Policía Nacional y el despliegue de los agentes locales, la celebración pudo continuar con normalidad, a excepción de algunos incidentes provocados por el exceso de calor y la aglomeración de personas.
Los sanitarios tuvieron que intervenir para trasladar a una persona que sufrió una caída en la procesión, y hubo varios desvanecimientos, nada de gravedad. Uno de los principales obstáculos, el escalón a la entrada del pazo, que fue origen de varios traspiés entre las personas mayores.
Al contrario que el pasado año, el plan de protección y evacuación se elaboró en tiempo y forma y no hubo que cerrar ningún puesto. La Policía Local realizó una especial vigilancia para que todo estuviera en orden a lo largo de la jornada de mayor afluencia.
Tras los actos religiosos, las carpas para comer fueron los lugares con mayor demanda, con colas y esperas de hasta una hora para conseguir una mesa en la que degustar tapas y raciones de la gastronomía popular gallega.n
