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Canto da Area, en Cabo Estai, la costa virgen de Vigo

La playa de Canto da Area, en Oia, destaca por conservar su paisaje natural.
photo_camera La playa de Canto da Area, en Oia, destaca por conservar su paisaje natural.
La pequeña cala de Oia carece de todos los servicios para ceder protagonismo a la naturaleza y el paisaje rocoso
Vigo es una ciudad a la que, cada verano, acuden turistas de diferentes puntos de la península y del extranjero en busca de sol y playa. Sin embargo, el litoral de la Ría todavía conserva algún rincón en el que la masificación de gente no ha llegado. Es el caso de Canto da Area, próxima a Cabo Estai, una pequeña playa con escasos metros de arena rodeados terreno acantilado. Grandes y numerosas rocas la separa de la Cala da Furna, de parecidas características.
La playa, que se encuentra en la parroquia de San Miguel de Oia, forma parte de un entorno natural y salvaje en el que la mano del hombre tan solo esta presente en la construcción del Instituto Oceanográfico de Vigo, que, de alguna manera, se mimetiza con el ambiente marinero. Ni chiriguitos, ni duchas ni, tan siquiera, aparcamiento, pero sí una papelera que muestra una declaración de intenciones de mantener a el Canto da Area en buen estado. Ninguno de los servicios se echan en faltan si se valoran las vistas a Monteferro y la tranquilidad, así como descansar en una playa recogida del viento.
Este arenal es desconocido, incluso, por algunos vecinos de la zona que, en los años que llevan viviendo en la parroquia, no han “callejeado” entre los caminos en donde, privilegiadas casas, observan las vistas a la Ría de Vigo. Dos líneas de autobús urbano, la L10 y L12A, paran en La Avenida Ricardo Mella, la carretera de referencia para llegar hasta la playa. Por ella, numerosos peregrinos recorren la etapa del Camino Portugués sin ser conscientes de que, si se dejan guiar por el cartel que pone “Camiño da Pirucha” y giran a su izquierda, se acercarán a Canto da Area.
Una gran ancla, apoyada en una esquina en la Subida Radio Faro, indica el comienzo de un descenso que lleva hasta Canto da Area. Para acceder hasta sus interrumpidos 98 metros de arena, se debe cruzar un camino en el que predomina la vegetación o la maleza, según la época del año.n

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