Un café con leche en el centro de Vigo ya está al precio del litro de gasolina

El exterior de una céntrica cafetería viguesa que opta por exponer sus precios en una pizarra.
photo_camera El exterior de una céntrica cafetería viguesa que opta por exponer sus precios en una pizarra.
Por segundo año consecutivo, los negocios de hostelería de esta zona suben el coste de las consumiciones por la inflación pese al récord de visitantes registrado por la Navidad

 Tomarse un café en Vigo, sobre todo en la zona del centro, es cada vez más caro. La escalada del IPC de los últimos dos años ha obligado a los hosteleros a repercutir este incremento de costes de energía y materias primas en los precios de venta al consumidor. Así, en esta parte de la ciudad, es bastante difícil encontrar un local en el que un café solo cueste menos de 1,50 euros, 1,70 si se trata de un café con leche, esto es, similar al precio de un litro de gasolina. Todo ello sin añadir el suplemento de terraza (sobre 15 céntimos) que todavía perdura en muchos locales en caso de que uno prefiera disfrutar del café al aire libre. Eso sí, cuanto más se aleja uno del centro, una taza de café pasa a valer poco más de 1,30 euros y en la periferia todavía perduran los cafés a precios cercanos al euro.

Muchos hosteleros aprovecharon el cambio de año para actualizar su lista de precios, otros lo hicieron ya antes a causa de las elevadas tasas de inflación y algunos deciden esperar a que termine la época navideña, pues todavía les compensa gracias a la elevada afluencia de clientes atraídos por las luces. En lo que sí que están de acuerdo todos es que, para evitar grandes pérdidas, es necesario subir los precios de venta al público para este 2023 en un sector que todavía sufre las consecuencias del gran golpe que supuso la pandemia para sus negocios en los años 2020 y 2021.

La principal razón que el sector apunta para esta constante subida poco tiene que ver con el precio del café, que es una materia prima relativamente barata y a la que se le saca un gran rendimiento, sino con el coste de la energía. La máquina de café es, de lejos, el aparato de mayor consumo energético de una cafetería y la principal culpable de que se disparen las facturas de la luz en estos locales. 

Los refrescos, a causa de la subida del IVA que sufrieron el 1 de enero, también cuestan más en las cafeterías. Su precio se acerca ya a los tres euros, aunque lo más común es verlos a 2,50 sin el suplemento de terraza.

Comer también se encarece: menús del día a 15 euros

Tomar un café o un refresco no es lo único que se ha encarecido en los últimos tiempos. De hecho, los dueños de los locales que sirven comidas en el centro de la ciudad apuntan que la subida de precios más acusada no ha sido esta, sino la del producto fresco para hacer de comer, en especial el pescado.

Tanto es así que en las zonas más concurridas de la ciudad se pueden ver menús del día a 15 euros, unos precios que hace no muchos años era raro ver por encima de los 10 y ahora raramente bajan de 12. 

Desde el sector apuntan que, para evitar subir los precios al público de manera tan exagerada como se encarecieron algunas materias primas, muchos optaron por retirar platos de la carta. “No vamos a decirle a los clientes que les cobramos unas patas de pulpo a más de 20 euros, pero si no las cobraramos a ese precio no tendríamos ningún margen de beneficio, así que mejor no las ofrecemos”, explicaron desde un céntrico local a este periódico.

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