Hay un episodio en la historia reciente de Vigo que, como periodista conocí bastante de cerca. Hace muchos años, en la calle Camelias, al pasar junto a un coche estacionado, el individuo sentado al volante parecía hacerme una señal, como no lo conocía, me acerqué para ver qué quería, y cuando estuve a su altura me soltó “Vete a tomar por culo”. Ante tan insólito hecho, me alejé y tome nota de la matrícula, gracias a lo cual pudo conocer que era un antiguo miembro del GRAPO, fichado como tal, que ahora trabajaba como docente en una localidad cercana a Vigo, pero que estaba fichado por sus antecedentes. Por lo visto, él sí me conocía a mí. Puse el hecho en conocimiento de la Policía por si acaso.
Cuando se habla del GRAPO, o Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, se suele situar como uno de los lugres vinculados a su nacimiento el barrio vigués de Teis, con relación a una familia de extrema pobreza que vivía en precarias condiciones. Alguno de los que formaron parte de aquella organización era hermanos, que tuvieron que comenzar a trabajar siendo niños, dada la enfermedad de su padre, y tras una breve estancia en Francia se emplearon en la construcción, donde adquirieron una profunda conciencia de clase. Otros de sus activistas salieron de la Escuela de San Ignacio de los Jesuitas de Teis, no del colegio de pago, sino de un centro de apostolado y escuela para familias pobres, y que se llegó a emplear en el Consorcio Industrial del Miño. Los nombres de aquellos históricos eran los hermanos Collazo, Luis A. Ribeiro y Fernando Hierro Chomón, un trabajador de Barreras de Origen burgalés. Y otros. Caso aparte es el del hoy historiador, Pío Moa, formado en los maristas, hijo de una conocida familia, que evolucionó desde el PCE(r) de modo notable y que dejó constancia en un libro autocrítico de enorme interés.
El antecedente del GRAPO se sitúa en la sección técnica del PCE (r). En el libro de Pio Moa “De un tiempo y un país” se explica con detalla el nacimiento de esta organización que aspiraba más que a ser un grupo armado, como ETA, sino un frente antifascista del que habría de convertirse en vanguardia, aunque al final, sus acciones violentas se saldaron con 58 asesinatos, incluidos con el del empresario Claudio Sanmartin. El GRAPO aparece con el asesinato de cuatro policías armados en Madrid y con un golpe espectacular, el asalto al polvorín de la Reigosa, de Pontevedra, el 25 de mayo de 1976, en el que se apoderaron con armas y cien kilos de explosivos. Y el 17 de julio de 1976 hicieron estallar una carga en la oficina de colocación de la Casa Sindical de Vigo, que destrozó gran parte de la planta baja y que las organizaciones de izquierdas atribuyeron en diversos comunicados a la extrema derecha y el fascismo. En octubre de 1980 se supo que tenía previsto el secuestro del político y empresario Antonio Garrigues Walker y atentar contra el general Gabeiras, jefe del Alto Estado Mayor. Varias veces, esta organización se dio por desarticulada, pero apareció una y otra vez a lo largo de los años 80. Su acción más famosa fueron los secuestros del ex ministro Antonio Maria de Oriol y Urquijo y el teniente general Villaescusa el 11 de diciembre de 1976, que finalmente fueron liberados el 11 de febrero de 1977, tras haberlos recluido por diversos lugares. La sociedad gallega se conmovió cuando el 27 de mayo de 1988 asesinaron en su domicilio al empresario Claudio Sanmartín, a los 53 años.
Desde sus iniciales atentados del 1º de octubre de 1975, esta organización tuvo un complejo historial a partir del Partido Comunista de España reconstruido y, desde Vigo, su historia se jalona por Cádiz, Madrid y Barcelona. Históricamente se destaca su papel en los conflictos laborales de Vigo de septiembre de 1972, en la que se fogueó la llamada “Organización Obreira”, fundada un año atrás en la que coincidieron los hermanos Abelardo y Angel Collazo Araujo, Hierro Chomón, Luis Alfonso Ribeiro, Gil Araujo y Telmo Varela. En aquella organización militaban otros activistas de diversos perfiles, incluido alguno que acabaría hasta en el PSOE. El núcleo Duro de la “Organización Obreira” acabaría integrada en la “Organización Marxista Leninista de España”, fundada en Francia que se transformó en el PCE (r), de donde finalmente saldría su brazo armado, el GRAPO.
