El barco pesquero del futuro se diseña en Vigo
Dos alumnos del Instituto Marítimo Pesquero ganaron un premio internacional gracias a sus ideas sobre pesca sostenible
El barco del futuro cada vez está más cerca. Y futuros profesionales del sector, como los alumnos del Instituto Marítimo Pesquero de Vigo Óscar Pérez Lemos y Yoel Lorenzo Toucedo, ya han dado el primer paso pensando los retos que una construcción así debería llevar a cabo y proponiendo soluciones que conducen, sobre todo, hacia una mayor sostenibilidad del sector. Así, su “Serenity Project” se hizo con el primer premio del Hackathon europeo Mar del Norte 2023, celebrado hace varias semanas en la ciudad neerlandesa de Urk.
“Ahora hay muy poca gente que quiere trabajar en el mar”, comenta Óscar Pérez, que apunta que una de las partes primordiales del barco del futuro pasaría por mejorar ostensiblemente la calidad de vida de la tripulación: “La eficiencia no sirve de nada si la gente que está dentro tiene depresión”.
El periplo de estos dos estudiantes hacia la final del Hackathon comenzó en el propio Instituto Marítimo Pesquero, que celebró una especie de semifinal entre los participantes del centro, que tenían que elegir entre cuatro propuestas para desarrollar: cómo aumentar la afluencia de nuevas personas al sector, cómo desarrollar técnicas de pesca con menor impacto medioambiental y mayor rentabilidad, nuevas maneras de comercializar productos del mar y cómo será el barco del futuro. Óscar y Yoel eligieron como modelo un pesquero de bacalao del Atlántico Norte basándose en uno de los que Pereira construirá en sus astilleros.
Entre las soluciones propuestas por estos dos futuros marinos destacan tres fundamentales: la propulsión a través de celdas de hidrógeno –desbotando por completo los combustibles fósiles tradicionales–, un sistema de sensores que levanta la red cuando esta se encuentra a menos de un metro del fondo marino para no dañarlo y la utilización del amoníaco como principal sistema refrigerante para evitar cualquier impacto negativo en el medioambiente. Además, el barco también se nutrirá de energía solar para funcionar y unas velas rígidas que mueven unas hélices para generar energía a partir del viento.
Todo ello ayudará, según los cálculos hechos por estos dos estudiantes, a dejar de emitir 1.400 tonleladas de CO2 por cada viaje que realiza al Atlántico Norte, ya que la huella de carbono del “Serenity Project” es de 0.
“Nuestro fallo fue que no llegamos con un precio aproximado de lo que costaría, y además, viendo las tecnologías que usa, se nos iría muchísimo de precio. El jurado nos dijo que era una buena idea, pero tendríamos que buscar una forma de hacerlo lo más barato posible”, explica Óscar sobre la presentación que tuvieron que hacer en Urk. Pero este ‘despiste’ no les privó de ganar el primer premio, que estuvo tan competido que finalmente lo compartieron con uno de los grupos neerlandeses, concretamente el del instituto de Urk.
Contenido patrocinado
También te puede interesar