Su apuesta temprana por la fabricación de nanosatélites les permite estar bien posicionados en un mercado que alcanzará los 5.200 millones de euros en 2021.
Alén Space nació para comercializar los resultados de la Agrupación Estratégica Aeroespacial de la UVigo, creada para el diseño y fabricación del primer nanosatélite español, el Xatcobeo, lanzado al espacio en 2012. A finales de 2018, puso en órbita el Lume-1, un satélite que apoya la lucha contra los incendios. En la experiencia del equipo científico que está detrás de la empresa figura la colaboración con misiones espaciales de la NASA y de la Agencia Espacial Europea (ESA). Los nanosatélites que fabrica esta spin- off permiten acceder a datos y comunicaciones que hasta hace poco solo estaban al alcance de gobiernos y grandes agencias espaciales. Los costes de estos pequeños dispositivos pueden ser hasta cien veces menores que los de los satélites convencionales, por eso son asequibles también para empresas. Además, trabajan con los estándares de la ESA. Aunque están abiertos a otras necesidades, su experiencia se centra en el ámbito de las comunicaciones, por lo que sus nanosatélites están especializados en el seguimiento de barcos y aviones, en la detección de interferencias y emisiones ilegales y en la conexión en lugares remotos de sensores que hacen posible a internet de las cosas.
La empresa duplicó en su primer año las expectativas que tenían en ventas en España y a nivel internacional, explica Guillermo Lamelas. Sus clientes son variados. Hay nuevas empresas que quieren solucionar necesidades con pequeños satélites, gobiernos que ven la oportunidad de complementar capacidades o crear otras nuevas y las grandes corporaciones del sector espacial o de otros sectores que usan el espacio y quieren reducir costes o abrir nuevas líneas de negocio.n
