La temperatura del agua del Mediterráneo superó los 31 grados centígrados entre junio y agosto, según los datos recogidos por la red de boyas de Puertos del Estado, que detectó una máxima histórica en la boya de Dragonera (Islas Baleares) de hasta 31,36ºC el 24 de agosto. Por su parte, el Atlántico no alcanzó récord históricos, pero sí se superaron los máximos de los meses de julio y agosto en el Cantábrico y Canarias. En el punto de control más próximo a Vigo, Cabo Silleiro, a la entrada de la Ría, la boya de la Autoridad Portuaria que controla temperatura y alturas de las olas, entre otros aspectos, notificó una media en julio de 18,3 grados, lo que supuso casi dos más que la de 2021, que fue de 16,6. El agua sigue más fría en la Ría de Vigo que en el resto de la costa española, aunque en esta ocasión algo menos. La explicación a esta temperatura se encuentra en el fenómeno natural del afloramiento, que se da "predominantemente en verano", que favorece que soplen vientos del norte. Estos vientos retiran el agua superficial de las costas hacia el océano abierto y favorecen que asciendan aguas más profundas, que están más frías.
Además del episodio de calentamiento del Mediterráneo, también ha sido notable en el Cantábrico y Canarias. La boya de Valencia midió 29.94 ºC el día 11 de agosto, superando el valor de su anterior récord de 28,65ºC obtenido en agosto de 2015. La de Tarragona registró 29,77º. En el Cantábrico, la boya costera de Bilbao marcó el día 14 su mayor registro asociado al mes de julio al medir 25,6ºC. Ese mismo día, la boya de Bilbao-Vizcaya, fondeada en aguas abiertas, midió 24,68 ºC a las 17 horas. En este caso, el valor alcanzado constituye el mayor registro obtenido por esa boya para julio y su segundo mayor registro histórico, solo superada por los 24,95º de 2018.
