Afectado por Stellantis: “Cada vez que cojo el coche, tiemblo por si falla el motor”

El vigués José Manuel Carrera es uno de los miles de afectados por los motores defectuosos de Stellantis. Esta semana tuvo que volver a llevar su vehículo, un C4 Picasso que compró en 2016, para una reparación. “Ya perdí la cuenta de la de veces que pasé por el taller. En esta ocasión la marca se hizo cargo, pero no me da confianza".

A los cinco años de estrenarlo, empezó la odisea. “Iba conduciendo, estaba a tres horas de casa y me saltó un fallo de motor. A partir de ahí, cada tres meses me daba fallo. El último, la semana pasada. Es un sinvivir”, lamenta José Manuel, que reconoce ir con miedo cada vez que tiene que ponerse al volante. “Mi coche es inseguro, lo uso a diario porque no me puedo permitir comprar otro, pero no voy tranquilo. Ni se me ocurre hacer trayectos largos”, explica.

Este afectado calcula que afrontó un gasto medio de 300 euros al año, revisión anual al margen, en este tiempo. “En una ocasión llegaron a darme un presupuesto de 6.000 euros para cambiar el motor. Me dicen que efectivamente tiene un consumo excesivo de aceite, pero de momento no tenemos una solución. Espero que la marca se haga cargo de estos motores", explica Carrera, que se acogió a la ampliación de la garantía que extendió el grupo automovilístico, con el que este contactó este diario.

“No duermo, me tiene loco”

Alberto Lorenzo (nombre ficticio) prefiere no desvelar su identidad. Asegura estar pasándolo muy mal. “Tengo mucho estrés, tuve que ir al médico porque es un asunto que no me deja dormir y me trae loco”. Va cada ocho o nueve meses a hacer un mantenimiento del coche, que cada vez consume más aceite. “Me siento estafado”, lamenta este vigués, que compró su vehículo en 2017. “Me lo vendieron como última tecnología, motor nuevo, ‘full equip’ y ya ves”. “Cuatro años después empezó a dar pequeños tirones, se ahogaba, y al poco tiempo me llegó una carta diciendo que tenía que llevarlo a un taller oficial por un problema de seguridad y le cambiaron la correa de distribución”. “Cada vez que cojo el coche, tiemblo por si falla el motor. Es una agonía”, relata.

6.000 afectados a la espera de negociar compensaciones

La Asociación de Afectados de Stellantis (Afestel) representa a más de 6.000 personas en España -unas 350 en Galicia- dispuestas a presentar una demanda si la negociación con la automovilística no arroja compensaciones para los perjudicados. El colectivo espera que la compañía “reconozca el defecto de fábrica, retire los vehículos para achatarrar y retorne los importes abonados por reparaciones y mantenimientos excesivos".

Según los datos que maneja Afestel, se vendieron más de 750.000 coches con el motor Puretech en nuestro país, 4 millones en Europa, según informa en un comunicado. “Queremos que reconozcan los hechos porque parece que nos lo estamos inventando, que nos devuelvan el dinero”, indica Yerba Luca de Tena, presidente de la asociación, a la que se están sumando más afectados. “Tendremos más fuerza cuantos más seamos. El equipo de abogados está recopilando la documentación y estamos a la espera de una reunión con Stellantis", explica a este diario. Su caso se remonta a 2019, cuando compró una Peugeot Rifter. “Saltó el fallo de presión de aceite cuando iba a realizar un adelantamiento, me costó 1.500 euros la avería. Dentro de lo que cabe, es de lo menos grave porque hay gente que tiene que sustituir motores por 8.000 euros o más y casos personales muy delicados".

Por ejemplo el de Silvia Torres, de Barcelona. Su vehículo con 62.000 kilómetros y seis años de antigüedad está aparcado en la calle por no poder afrontar un cambio completo de motor. “Mi marido tiene una discapacidad y un tumor, tenemos que tirar de taxis para ir al médico porque me quedé sin coche por un fallo de fábrica que no quieren reconocer”.

Los motores defectuosos Puretech provocan una degradación paulatina de la correa de distribución que conlleva un elevado consumo de aceite y un mal funcionamiento de la bomba de vacío, explican los afectados.