Un conflicto histórico

30 años de la guerra del fletán, que movilizó a Vigo

El “Estai” en la actualidad, pescando en Namibia, donde tiene su base operativa.
photo_camera El “Estai” en la actualidad, pescando en Namibia, donde tiene su base operativa.
El conflicto tuvo repercusiones más allá de las pesqueras y estuvo a punto de provocar un enfrentamiento armado abierto entre España y Canadá

En los últimos 30 años, España estuvo técnicamente en situación de guerra en dos ocasiones, aunque en ambos casos sin víctimas ni heridos: a principios de siglo con Marruecos a causa de la soberanía del islote Perejil y a medios de los noventa con Canadá por la pesca de un extraño pez plano y gigante, el fletán. En la primavera de 1994, la flota viguesa expulsada de Namibia pescaba miles de toneladas de fletán en un caladero que había descubierto a unas 200 millas de Terranova, fuera de las zona económica exclusiva de Canadá. Un auténtico filón que puso los dientes largos a las autoridades canadienses, que unos meses más tarde pusieron en marcha una operación que desembocó en un conflicto que incluyó el apresamiento del “Estai” alegando pesca ilegal, la amenaza de hacer lo mismo con el resto y  finalmente la orden de disparar sobre los buques españoles, incluida una patrullera que había desplazado la Armada para proteger la flota, lo que se tomó como una declaración de guerra a España, algo insólito entre dos países de la OTAN. Canadá contaba con el apoyo del Reino Unido, que así abrió una brecha en la UE en una escalada que no hizo sino crecer, mientras los congeladores, la mayoría de Vigo, se mantenían en la zona pese a la amenaza real canadiense.  

Los armadores no se querían rendir y contaban con respaldo del Gobierno de Felipe González. Habían explorado mares internacionales hasta dar con el fletán negro. Pero encontrarlo era una cosa y capturarlo otra muy distinta, por su gran tamaño  y por encontrarse a gran profundidad y en una zona de Atlántico donde las condiciones resultan infernales y los naufragios se suceden, el último el del “Villa de Pitanxo”. Buscaron fórmulas para su pesca y dieron con arrastre en profundidad, lo que obligó a cambiar las máquinas para disponer de mayor potencia. Encontraron una fórmula de explotación comercial bajo la denominación de  “lenguado alimón”, todavía hoy visible en los filetes congelados.

En esa historia entró el ministro de Pesca de Otawa, Brian Tobin, que tomó la decisión de extender sus aguas jurisdiccionales a 350 millas para quedarse con el caladero. Todo se precipitó tras apresar Canadá el barco y confiscar de forma unilateral el contenido de la bodega e imponer una multa. Tras unos días de tensiones, con presencia de una patrullera de la Armada, el buque pagó la sanción y partió hacia Vigo, donde fue recibido como un héroe. Poco después fue elevado a Vigués Distinguido con la Armadora Pereira, propietaria. A Tobbin le fue muy bien su campaña ultrapopulista: en 1996 llegó a primer ministro de Terranova, que era su objetivo. Sobre el caladero, los científicos, que ahora dirige una bióloga del IEO en Vigo, han zanjado que se puede mantener como está, pero sin pasar de las 11.000 toneladas. Curiosamente, ahora hay más bacalao, el pescado que le interesaba a Canadá.

El “Estai” en la actualidad, pescando en Namibia, donde tiene su base operativa.
El “Estai” en la actualidad, pescando en Namibia, donde tiene su base operativa.

 

Príncipe: “No se podía permitir lo que hizo Canadá”

Carlos Príncipe era alcalde en 1994 y 1995 y como tal defendió en primera persona la pesca viguesa, logrando el respaldo del Gobierno, que a resultas envió a la zona una patrullera de altura de la Armada para vérselas con las cañoneras canadienses.  “Es de las cosas que no me olvidaré en mi vida", recuerda. “Me llamó Solana, ministro de Exteriores, por si ponía la cara por los armadores. En varias ocasiones me dijo que Canadá es un país serio, aunque Brian Tobbin había tenido una reacción exagerada porque estaba de campaña. Le dije a Pereira si tenían algo que nos pudiera perjudicar nuestra posición. Y luego me enteré de que habían pagado la multa. Yo que organicé la manifestación me sentí estafado". 

Había entonces 90 barcos de Namibia recolocados en Argentina gracias al Gobierno y “casi quiebran Caixanova. Los conozco bien y me sentí estafado. Creo que no había que permitir que Canadá actuase fuera de sus aguas jurisdiccionales, por eso actué, pero no justifico a los armadores tramposos”, añade. Había un acuerdo UE-Canadá que se bloqueó y al año siguiente se desbloqueó al serenarse los ánimos. "No se podía permitir que un tipo asalte un barco fuera de las 200 millas, tampoco a los que cogen pescado que no pueden pescar, no habría puesto la mano en el fuego por nadie aunque habría condenado igual a Canadá. Estoy muy orgulloso de aquel Gobierno y aquel presidente”.

La flota sigue en el caladero pese a la derrota de España

¿Qué ha quedado de aquella guerra? La flota viguesa solo pesca en torno a 4.200 toneladas de fletán, un caladero que controla el país norteamericano. En la última reunión de NAFO, celebrada en Vigo, se autorizaron 11.000 toneladas, de ellas 6.000 para Europa. España se quedó con una cuarta parte. Hace 30 años, los congeladores llegaron a capturar 40.000 toneladas en 40 congeladores.  Ahora hay 22. También hay 4.000 empleos directos menos, 15.000 sumando indirectos. Muy poco.

¿Quién ganó aquel conflicto? Canadá pasó de no pescar en una zona fuera de sus aguas a sumar hasta 10.000 toneladas, mientras la flota viguesa bajó de 30.000 a 4.000 en una pesquería que había descubierto. El lado positivo es que ahora todo se reduce a un tira y afloja anual en el seno del organismo multilateral NAFO -siglas en inglés de Organización de la Pesca del Atlántico norte- sobre el total de capturas  y no se discute la presencia de los pesqueros vigueses. Una cierta victoria moral. El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza, ha reconocido en varias ocasiones que  fue una guerra perdida y aunque "seguimos allí, no ganamos, esa es la verdad".

En  la cumbre de NAFO en septiembre en el Auditorio de Beiramar se autorizó un 2,5% más de fletán, más que el año anterior, pero apenas 4.200 toneladas sobre 11.200 en total. Canadá se lleva la mayor parte. Nada sorprendente, ya que se trata de un stock estable y se aplica la regla de control de capturas pactada por las partes. La flota comunitaria está formada sobre todo por la viguesa con algunos barcos portugueses. 

Te puede interesar