El PP nigranés ve en los chiringuitos un revulsivo para las parroquias

Las asociaciones vecinales fueron unas de las grandes perjudicadas de la pandemia. Las medidas que pusieron el foco en el veto a las relaciones interpersonales cortaron de craíz su actividad y su recaudación de un día para otro se redujo a cero.De hecho muchas de ellas todavía continúan a día de hoy recuperándose del batacazo que puso en a jaque sus directivas.

El PP de Nigrán considera que es el momento de aportar alguna salida que les ayude a recuperar su solvencia económica con medidas que vayan más allá de meras subvenciones. Para ello proponen un cambio en la política de adjudicaciones de los chiringuitos en sus playas, establecidas bajo la fórmula de la puja, que pasaría por darles prioridad a las diferentes agrupaciones parroquiales. Ven en este tipo de explotaciones estacionales una manera de devolverles su independencia económica, que a su vez redundaría directamente en el municipio y con esta idea llevarán la propuesta al pleno ordinario de este mes. Según explicó la candidata de los populares a la alcaldía, María José Pino, para que la iniciativa pueda materializarse habría que modificar los pliegos de adjudicación y desde su grupo proponen que se establezcan dos procesos diferentes. El primero estaría dirigido a dichas entidades sin ánimo de lucro y en el caso de que no se cubriese la oferta pasarían a la segunda con su plazo correspondiente y abierto al resto de ofertantes.

“Entendemos que ahora mismo y con el verano a la vuelta de la esquina esta es una de las mejores maneras de colaborar con las parroquias”, manifiesta. Pino mantiene que sería una buena manera de fomentar la economía circular, puesto que los beneficios quedarían en Nigrán, la contratación de miembros de familias en situación de vulnerabilidad y las relaciones vecinales. De cualquier modo de lo que no cabe duda es que este tipo de explotaciones a cuatro meses vista son más que rentables. Prueba de ello es que el verano pasado los siete chiringuitos y la churrería de Playa América se sacaron a subasta por un precio inicial de 93.000 euros y se adjudicaron en más de 150.000. Incluso en algunos de ellos se llegó a ofertar un 80% más que la cantidad mínima estipulada con rentas de más de 7.000 euros al mes. Una cantidad desorbitada para chiringuitos de 20 metros cuadrados orientados a la venta de helados, refrescos, cafés y bebidas alcohólicas en todas sus modalidades.