El inmueble se equipará con un ascensor y un arco para evitar robos
Reclasificar más de 11.000 ejemplares en tres meses no es tarea fácil y Rita Fernández, licenciada en Historia por la USC con un máster en gestión del Patrimonio, lo esta viviendo en primera persona. Es la encargada de tan árduo trabajo en la biblioteca municipal de Gondomar, en donde comenzó el pasado mes de diciembre con la actualización de su bibliografía y la selección de aquellos que por deterioro tendrán que ser apartados del catálogo de préstamos y consulta.
Según explica, hay días en los que su jornada se extiende durante horas, que pasa revisando uno a uno los libros que serán recolocados de modo mucho más intuitivo mediante códigos de colores, orden de altura en función de las edades o también por tipología, como por ejemplo en el caso de los cómics. La de la villa condal lleva cerrada al público desde finales de 2020 de modo que las restricciones que entraron en vigor esta madrugada no le perjudica en los trabajos, cuya fecha de remate está prevista para el mes de marzo. Sin embargo para el inmueble próximo a plaza Escolas Vellas tienen planes más prometedores.
El alcalde Paco Ferreira adelantó que en un plazo corto de tiempo se dotará de un ascensor que comunique las tres plantas y la actual sala de lectura de 160 metros cuadrados se equipará con un arco detector para evitar sustracciones, además de suelo con aislante acústico e iluminación. Unas actuaciones para lo que serán necesarios 60.000 euros aproximadamente, en donde colaborará la Diputación en la financiación y con una bibliotecaria de abril a diciembre. Si las condiciones lo permiten reabrirá sus puertas hacia el mes de abril.
Pero los planes para el edificio público son todavía más ambiciosos, Ferreira tiene entre manos un proyecto para 'situar a la biblioteca en el lugar que le corresponde'. Se llevará a cabo asesorados por varios colectivos, entre ellos Espazo Lectura, y se actuará sobre las tres alturas y el ático, que en la actualidad sirve como archivo. A grandes rasgos redistribuirán espacios y contará con salas de estudio, de trabajo, audiovisuales y multiusos.
Según explica, hay días en los que su jornada se extiende durante horas, que pasa revisando uno a uno los libros que serán recolocados de modo mucho más intuitivo mediante códigos de colores, orden de altura en función de las edades o también por tipología, como por ejemplo en el caso de los cómics. La de la villa condal lleva cerrada al público desde finales de 2020 de modo que las restricciones que entraron en vigor esta madrugada no le perjudica en los trabajos, cuya fecha de remate está prevista para el mes de marzo. Sin embargo para el inmueble próximo a plaza Escolas Vellas tienen planes más prometedores.
El alcalde Paco Ferreira adelantó que en un plazo corto de tiempo se dotará de un ascensor que comunique las tres plantas y la actual sala de lectura de 160 metros cuadrados se equipará con un arco detector para evitar sustracciones, además de suelo con aislante acústico e iluminación. Unas actuaciones para lo que serán necesarios 60.000 euros aproximadamente, en donde colaborará la Diputación en la financiación y con una bibliotecaria de abril a diciembre. Si las condiciones lo permiten reabrirá sus puertas hacia el mes de abril.
Pero los planes para el edificio público son todavía más ambiciosos, Ferreira tiene entre manos un proyecto para 'situar a la biblioteca en el lugar que le corresponde'. Se llevará a cabo asesorados por varios colectivos, entre ellos Espazo Lectura, y se actuará sobre las tres alturas y el ático, que en la actualidad sirve como archivo. A grandes rasgos redistribuirán espacios y contará con salas de estudio, de trabajo, audiovisuales y multiusos.
