El Monumento a la Marina Universal, levantando como una especie de gran monolito de granito de 25 metros de altura con cuatro coronas de bronce y una escultura dedicada a la Virgen del Carmen, patrona de los navegantes con el niño Jesús, avanza en su estado de decadencia ante el evidente desinterés del Concello de Nigrán, en cuyo municipio se levantó hace casi un siglo. Un conflicto sin resolver desde hace años sobre el mantenimiento entre el ayuntamiento y la Comunidad de Montes de Monteferro ha dejado como resultado la ruina del conjunto, hasta el punto de que incluso han crecido pinos entre las piedras y las inscripciones resultan difíciles de leer. Eso, y un aspecto de total dejación presiden el entorno, uno de los más visitados de la Ría de Vigo por tratarse de un mirador espectacular. Además, todavía se celebra cada año una ceremonia religiosa en el mismo lugar, pese a la sensación de abandono que presenta y la visible falta de conservación.
Todo ello llama la atención a los miles de visitantes del lugar, que probablemente serán más cuando dentro de unos meses se cumpla un siglo de la primera piedra de un monumento y para el que fueron necesarias 7.000 toneladas de bloques de material pétreo dispuestos en forma piramidal. Salvo que el Concello de Nigrán asuma su responsabilidad, será una triste efeméride. Bajo la inscripción que enumera a cargos y autoridades que asistieron al inicio de su levantamiento y grabada sobre una gran plancha de mármol blanco, una gran pintada, envases, latas y botellas atestiguan que el espacio se ha convertido en habitual de botellones.
La inauguración la realizó el general Primo de Rivera rodeado de una pomposa aureola protocolaria un 28 de julio de 1924, para dejar constancia del inicio de los trabajos, tal y como indica la inscripción superior, y que fueron financiados en gran parte por los votos populares. Algo que era muy habitual en la época y que se repitió de igual modo en otros iconos arquitectónicos de Nigrán, como el Templo Votivo de Antonio Palacios.
En la cara oeste, la escultura de la Virgen del Carmen abrazando a un Jesús recién nacido de cuatro metros de alto y 16.000 kilos de peso saluda a vivos pero también a muertos. A aquellos que perdieron la vida en el mar y a los que avistan tierra firme. Así lo indica en las grandes placas emplazadas en las caras norte y sur, así como cuatro grandes coronas que recuerdan a las funerarias, todas ellas visibles con dificultades.
La ubicación inicial al Monumento a la Marina Universal era Cíes aunque finalmente se desechó esta idea por las complicaciones técnicas que suponía el traslado del material. Existen disparidad de datos acerca de sus orígenes, de su construcción o incluso de quién fue idea. Lo más probable es que fuera del cónsul inglés Arthur Nightingale. El arquitecto Gómez Román fue el artífice. El Banco Pastor, el Simeón en la Porta do Sol o la Panificadora son otras obras suyas, como también la Conservera Alfageme. También lleva su firma el cenotafio en Pereiró dedicado a Concepción Arenal situado a la entrada del cementerio.
