Técnicos agrícolas completaron la plantación de frutos rojos en una parcela en desuso del monte comunal de Chandebrito. El Ayuntamiento de Nigrán, gracias a un convenio entre Diputación y Asociación Forestal Gallega, promueve con la Comunidad de Montes esta finca piloto en 500 metros cuadrados de superficie en el conocido como Chans do Castro' (próximo al castro). Este proyecto experimental nace con el objetivo de recuperar tierras en desuso o abandonadas sirviendo de guía e incentivo para la producción de arándanos, frambuesas, grosellas y moras entre vecinos y demás comunidades de montes. En este caso se trata de suelo calcinado en los incendios de 2017, que afectaron al 99% de la parroquia. Este cultivo, que no precisa de gran superficie y resulta muy rentable económicamente, resulta idóneo para pequeños terrenos infrautilizados en Galicia, contribuyendo así no solo a generar empleo, sino a evitar los fuegos (producidos en gran medida por el abandono del medio rural). La próxima semana los mismos técnicos realizarán una jornada informativa en la parroquia donde abordarán todos los aspectos relacionados con este tipo de plantación.
Tras preparar el terreno y efectuar la plantación, responsables de la comunidad de montes realizarán labores de mantenimiento y cuidado para que empiece a dar los primeros beneficios económicos al en tres años con un rendimiento de 11.000/20.000 kilos por hectárea. El objetivo mínimo asumido es mantenerla y explotarla al menos diez años. "El PH ácido del suelo de Galicia, la humedad y el clima atemperado hace que esta tierra resulte especialmente idónea para cultivar los frutos del bosque, que cuentan cada vez con mayor demanda por parte del consumidor y tienen un rendimiento económico muy superior al resto de fruta, ya que se están vendiendo en fresco la un promedio de 7/15 euros kilo, siendo el arándano el mejor pagado", explica Diego Barral, que trabaja en este proyecto. En España la facturación aumentó un 300% en los últimos cinco años debido su creciente popularidad.