La Universidad de Vigo vivió ayer un particular viaje al pasado, un viaje en el tiempo que la llevó a situarse en 15 de mayo de 1992, fecha en la que la institución, que entonces daba sus primeros pasos, nombraba como primer doctor honoris causa, la más alta distinción que puede conceder una universidad y que solo se dirige a personas con méritos de mucha excelencia, al intelectual galleguista Francisco Fernández del Riego, ejerciendo como madrina del acto, la profesora María Victoria Carballo-Calero. Hoy, 31 años después, la institución recordó esa fecha para homenajear la figura de quién fue considerado el último patriarca del galleguismo, a quién se dedica la celebración del Día de las Letras Gallegas 2023, una fecha que en la UVigo se vivió con un sentimiento muy especial.
La sala 1 del edificio Miralles se quedó pequeña para acoger a todos los miembros de la comunidad universitaria que quisieron acercarse a este acto y rememorar esa jornada histórica. Contaron con la participación de quien lo vivió en primera persona, la hoy profesora emérita, María Victoria Carballo-Calero, quien recordó su laudatio y el discurso de investidura pronunciado por Del Riego; el entonces rector, Luis Espada, y la familia del homenajeado, a la que le puso voz su sobrina, Eugenia Bermúdez. Estuvieron arropados por el rector, que presidió el acto, así como por numerosas autoridades, tanto académicas como del ámbito político y cultural, incluyendo, el presidente de la Real Academia Gallega, Víctor Freixanes; el secretario general de Política Lingüística, Valentín García, así como los presidentes y distintos miembros de las fundaciones Rosalía de Castro y Penzol, y de la editorial Galaxia. También acudió la nueva secretaria xeral de la UVigo, María José Bravo Bosch, en su primer acto público.
El rector aprovechó el acto para romper una lanza en favor del gallego como lengua de uso diario y en el ámbito laboral.
