Cada año, la Xunta reconoce la excelencia académica de los alumnos más brillantes de las tres universidades gallegas con los Premios de Fin de Carrera, que se otorgan a los mejores expedientes entre 60 titulaciones en los diferentes campus. Esta misma semana, la Consellería de Educación publicó la resolución de los premios dirigidos a los estudiantes que terminaron sus estudios en el año 2022, y que finalmente, gracias a un incremento del 12% en el presupuesto, permitió reconocer el esfuerzo de 103 universitarios, de los que 37 fueron de la UVigo; 47 de la USC y 21 de la UDC.
Del total de galardonados, más de la mitad (el 61%) son mujeres. La cuantía total del premio es de 381.500 euros, lo cual equivale a 3.500 por alumno, más un diploma acreditativo por la distinción.
Para optar al premio, los candidatos debían acreditar una puntuación media en su expediente académico igual o superior a 8,5 puntos en el caso de las ramas de conocimiento de Artes y Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias y Ciencias de la Salud y 7,5 puntos para el alumnado de la rama de Ingeniería y Arquitectura.
Ana Iglesias, Lara Álvarez, Álvaro Caamaño y Francisco Albertuz son cuatro de los 37 galardonados de la UVigo. Cada uno de una rama distinta y ya con un máster cursado, todos vieron recompensados sus esfuerzos académicos con este premio a la excelencia.
Ana Iglesias: “Conseguir una nota tan alta en mi carrera es muy difícil”
Ana Iglesias Pérez terminó en 2022 el Grado en Traducción e Interpretación con un 8,745 de media que le valió uno de los premios que otorga la UVigo a los estudiantes con mejores expedientes. Sin embargo, confiesa que “no me esperaba” ganar el premio de fin de carrera que otorga la Xunta, pues la competitividad a nivel autonómico es mucho mayor.
Sobre el grado que estudió –tradicionalmente el más demandado de la rama de Humanidades en la UVigo– explica que “es exigente, pero tampoco muy difícil” comparado con otras titulaciones. Comenta que “al tener una nota de corte alta, el ambiente es algo competitivo, pero no en el mal sentido”, y valora sobre todo haberse acercado a una media de sobresaliente “porque en Traducción conseguir un 10 es muy difícil al ser una carrera más práctica que teórica”. Ana hizo en el curso 2022-23 el Máster en Comercio Internacional y ahora planea hacer estudios de doctorado que relacionen el comercio con la traducción.
Lara Álvarez: “Aún no sé si seguiré por la vía académica o la laboral”
“En mi grado hay mucho nivel en Galicia”, comenta Lara Álvarez, que se graduó con un 9,3388 en Biología el pasado año y que no esperaba tener el mejor expediente para hacerse con este galardón autonómico.
Sobre Biología, esta alumna explica que cuando se matriculó “pensaba que iba a ser menos exigente”, pues se trata de un grado con una elevada densidad de información y una amplia variedad de temas. “Había asignaturas que no se adaptaban tanto a mis gustos y que me costaban un poco más, como botánica o taxonomías”, añade Lara, que este pasado curso hizo un máster en Investigación e Inmunología y ya ha pedido becas de cara a realizar un doctorado en estas especialidades desde este mismo curso.
Por el momento, no sabe qué es lo que quiere hacer una vez termine el doctorado, pues a partir de entonces se le abrirán tanto las puertas del mundo académico como las del laboral. “De momento, probaré la carrera académica durante el doctorado”, precisa.
Álvaro Caamaño: “Hacer un doble grado te obliga a privarte de más cosas”
Con su 9,15 en Administración y Dirección de Empresas (ADE), Álvaro Caamaño Balvís fue uno de los mejores expedientes a nivel gallego en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas. Confiesa que hacerse con el premio “entraba dentro de mis expectativas, pero no es algo que puedas saber al 100%”. Además, la sorpresa fue doble porque se enteró de que le habían concedido el galardón gracias a un mensaje de una amiga, que también fue premiada.
Álvaro hizo el doble grado en ADE y Derecho, que le obligó a “hacer un esfuerzo extra y privarme de muchas más cosas que otros compañeros”, pero asegura que “mereció la pena” porque “me abrió muchas puertas de cara al futuro y estoy muy orgulloso”. Tiene claro que dedicará su carrera laboral a ser asesor fiscal.
Francisco Albertuz: “No esperaba ganar, había gente con muy buenas notas”
Francisco Albertuz, con un 8,35 de media en el grado de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, tampoco se esperaba ser galardonado con los 3.500 euros del premio que otorga la Xunta: “Había otros tres o cuatro alumnos con muy buenas notas y no sabía si me llegaría la media”. En carreras técnicas como esta ingeniería, la nota para acceder al premio baja del 8,5 al 7,5 debido a la exigencia de las mismas. Así lo reconoce el propio Francisco, que cuenta que “los primeros años fueron un poco más duros, pero luego se hacía más llevadero y me gustaba mucho más”. Cree que “en algunas asignaturas de segundo no nos prepararon del todo bien y me costaron un poco más”, pero se lleva buenos recuerdos del grado. Tras hacer un máster en Madrid, empieza ahora un doctorado en redes neuronales.
