UVigo SpaceLab abrió la pasada semana el proceso de admisión para unirse a esta asociación estudiantil que lanzará al espacio, si todo va según lo previsto, su primer experimento en 2024 en un satélite. Como recuerda su coordinador, Manuel Diz, “no se trata de un proyecto orientado exclusivamente a gente de grado”, por lo que anima a estudiantes de grado y doctorado a participar en este proyecto BIXO, que busca estudiar cómo reaccionan las bacterias sometidas a diferentes tipos de radiación en el espacio con vistas a posibles viajes largos a través del cosmos.
Los perfiles que buscan son completamente variados: Química, Teleco, Ingeniería Industrial, Biología, Minas, Ciencias Jurídicas e incluso Económicas. “Tenemos un montón de departamentos y todo eso requiere una cantida de perfiles distintos y multidisciplinares”, matiza Diz, que fija llegar “a los 40 o 50 miembros” como el objetivo primordial para esta última fase del proyecto BIXO, que tiene previsto lanzarse al espacio en 2024. Actualmente, tras dejar la asociación algunos de sus miembros –la idea es hacer un ciclo de dos años, uno para aprender y otro para enseñar a los que llegan nuevos–, son 27. El plazo para solicitar unirse al SpaceLab está abierto hasta el día 8 de mayo. Manuel recalca: “Lo que nos interesa es gente que venga con ganas de aprender”.
Los ‘novatos’ de 2022 que ahora cumplen un año en el UVigo SpaceLab y serán los encargados de guiar a los nuevos miembros son unánimes: esta es una experiencia única que no hace más que sumar tanto a nivel personal como académico. Uno de ellos es Martín Blanco, del departamento de microfluídica (encargado de que la bacteria llegue en perfectas condiciones al espacio), quien asegura que ha sido un año “muy gratificante pero también sacrificado”, pues al fin y al cabo dedican su tiempo libre a este proyecto. “Todo el esfuerzo que he puesto en ello se me ha ido devolviendo en forma de experiencias que de otra manera no podría haber vivido”, señala.